La OCDE confirma que el deterioro va a menos en las economías avanzadas

El Banco de España anticipa una contracción menos intensa entre abril y junio

Con un material estadístico muy endeble aún, organismos internacionales y nacionales construyen un horizonte económico algo menos tenebroso para los próximos meses. "Es muy pronto para afirmar si el cambio de tendencia es temporal o definitivo, pero el indicador adelantado de abril apunta a un deterioro menos intenso en la mayoría de las economías avanzadas", anunció ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Recién salidos del peor trimestre de la historia reciente, se analiza al detalle cada nueva entrega de las estadísticas más sensibles al ciclo econó...

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Con un material estadístico muy endeble aún, organismos internacionales y nacionales construyen un horizonte económico algo menos tenebroso para los próximos meses. "Es muy pronto para afirmar si el cambio de tendencia es temporal o definitivo, pero el indicador adelantado de abril apunta a un deterioro menos intenso en la mayoría de las economías avanzadas", anunció ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Recién salidos del peor trimestre de la historia reciente, se analiza al detalle cada nueva entrega de las estadísticas más sensibles al ciclo económico. La OCDE lleva décadas intentando destilar en una sola cifra la información más relevante para anticipar qué ocurrirá en los próximos seis meses. Son cálculos reservados a expertos que ahora concitan una atención fenomenal. "Las señales de una posible inflexión son más fuertes en Francia, Italia y Reino Unido", concluye a la luz de los datos de abril.

Las expectativas de mejora en EE UU, Alemania y Japón son aún muy débiles
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El indicador adelantado de todas las economías que analiza la OCDE (los 30 países avanzados que forman la institución y media docena de emergentes) está por debajo de 100, el nivel que marca el promedio de la evolución económica de las últimas décadas. En el caso de los países avanzados, con tasas de crecimiento más contenidas, un indicador inferior a 100 señala casi siempre una recesión. En los países emergentes, puede anticipar sólo un brusco frenazo en el crecimiento.

Los países que destaca la OCDE enlazan ya tres o más meses con un indicador superior al del mes precedente. Si el pronóstico se cumple, la comparación interanual del PIB empezaría a reflejar tasas negativas más reducidas a partir de agosto en Reino Unido, Francia o Italia. Aun así, el Fondo Monetario Internacional advirtió ayer que a la zona euro le aguarda "una recuperación lenta". Y, en las primeras conclusiones de su misión de expertos al área, echó en falta medidas públicas más contundentes para limpiar de activos tóxicos los balances de la banca europea.

En el caso de España, el indicador muestra también una mejora continua desde febrero, que se confirmó en abril (96,76 puntos). Para predecir lo que ocurrirá dentro de seis meses en la economía española, la OCDE echa mano de las encuestas sobre las expectativas de producción, pedidos y nivel de inventarios en la industria, la estadística de pernoctaciones hoteleras y la evolución del tipo de interés de la deuda pública.

El indicador deja otras lecturas menos tranquilizadoras: Estados Unidos, Alemania y Japón siguen con el pulso muy débil. En abril, las tres potencias lograron mejorar sus expectativas, pero de forma minúscula. Entre los países emergentes, sólo el indicador de India y China anticipa que el frenazo económico empezará a remitir tras el verano.

El último boletín económico del Banco de España refuerza la precaria teoría de que lo peor de esta crisis ya pasó. "La escasa información disponible para el segundo trimestre del año apunta a una continuación de la contracción de la demanda, aunque a un ritmo menos intenso", colige el Banco de España

En el boletín de mayo, el supervisor publica también los resultados de una encuesta a 1.384 empresas sobre el acceso al crédito. Al ser la primera encuesta de este tipo, el Banco de España advierte que no es posible juzgar si ahora es más difícil lograr un préstamo que antes. Pero sí constata "mayores dificultades de acceso al crédito en las empresas que tienen una situación financiera más ajustada, en las de menor tamaño y en inmobiliarias y constructoras".

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