Entre Sade y la lujuria
Las películas que puede conseguir hoy y mañana con EL PAÍS, dentro de su colección de cine erótico, pasan por la lujuria de Laura (1975), de Enmanuelle Arsan, que plantea el deseo sexual como algo irreprimible, y por un clásico del temible Marqués de Sade, Justine (1968), dirigida por Jess Franco y protagonizada por Romina Power.
En ésta -jamás estrenada en los cines españoles-, el sexo, la violencia, las perversiones y el romanticismo se alternan para dar como resultado una de las más bizarras incursiones del director en su particular universo de erotismo y muerte, todo e...
Las películas que puede conseguir hoy y mañana con EL PAÍS, dentro de su colección de cine erótico, pasan por la lujuria de Laura (1975), de Enmanuelle Arsan, que plantea el deseo sexual como algo irreprimible, y por un clásico del temible Marqués de Sade, Justine (1968), dirigida por Jess Franco y protagonizada por Romina Power.
En ésta -jamás estrenada en los cines españoles-, el sexo, la violencia, las perversiones y el romanticismo se alternan para dar como resultado una de las más bizarras incursiones del director en su particular universo de erotismo y muerte, todo ello impregnado de la atmósfera de su autor, el sádico marqués.