Cinco años y medio de cárcel para la ex dueña de un 'pub' ruidoso del Raval

La mujer es responsable de los trastornos psíquicos padecidos por tres vecinos

El exceso de ruido en los locales de ocio nocturno ya no sale gratis. La Audiencia de Barcelona ha condenado a la ex propietaria de un pub del Raval a cinco años y medio de cárcel por contaminación acústica y por causar lesiones a tres vecinos del bloque, que sufrieron una "grave perturbación de su salud física y psíquica" por la música atronadora del bar que se colaba en su casa. Es la sentencia más dura de las que se han dictado hasta ahora en Cataluña contra los "torturadores acústicos", según el nombre adoptado por las asociaciones que defienden el derecho al descanso de los vecinos...

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El exceso de ruido en los locales de ocio nocturno ya no sale gratis. La Audiencia de Barcelona ha condenado a la ex propietaria de un pub del Raval a cinco años y medio de cárcel por contaminación acústica y por causar lesiones a tres vecinos del bloque, que sufrieron una "grave perturbación de su salud física y psíquica" por la música atronadora del bar que se colaba en su casa. Es la sentencia más dura de las que se han dictado hasta ahora en Cataluña contra los "torturadores acústicos", según el nombre adoptado por las asociaciones que defienden el derecho al descanso de los vecinos.

La condenada, María del Carmen Ahijado Villarroel, compró hace cuatro años un local en el número 44 de la calle del Nou de la Rambla, en pleno corazón del Raval barcelonés. Sin obtener los permisos del Ayuntamiento, la mujer convirtió un tranquilo restaurante en un clásico pub irlandés, el Donegal, que permanecía abierto casi todos los días hasta las tres de la mañana. El bar musical funcionó durante 13 meses de forma ilegal, tiempo suficiente para que los cinco altavoces de amplificación de sonido instalados hicieran la vida imposible a los vecinos del primer piso.

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José Antonio, su esposa Concepción y la madre de ésta, Lidia, soportaron emisiones de más de 43 decibelios, muy superiores a las permitidas en la franja nocturna. Los tres sufrieron un trastorno depresivo que les obligó a visitar al psiquiatra y a tomar ansiolíticos. La sentencia considera que María del Carmen Ahijado es responsable de tres delitos de lesiones, por los que le condena a pasar año y medio en prisión y a indemnizar, con 6.000 euros, a cada uno de los afectados. El tribunal le impone otros cuatro años por un delito contra el medio ambiente. Cinco años y seis meses, en total.

"Es la primera vez que, en un caso de contaminación acústica, se condena a alguien directamente por lesiones", explicó ayer a este diario el abogado Lluís Gallardo, miembro de la Asociación Catalana Contra la Contaminación Acústica. Se trata de una sentencia "ejemplar", según el letrado, a pesar de que la Fiscalía había solicitado inicialmente 10 años de cárcel.

Durante el juicio, la acusada negó los hechos y explicó que pagó a un funcionario municipal para permitirle que el pub siguiera funcionando y evitar, así, las sanciones. En su día, fuentes municipales negaron de plano la existencia de ese supuesto trabajador. Lo cierto es que la mujer incumplió de forma reiterada los requerimientos del distrito de Ciutat Vella, que clausuró el local en 2006.

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Asedio judicial al ruido en Barcelona

- Restaurante en Gràcia (2006). Cuatro años de cárcel por contaminación acústica para el propietario del restaurante El Portet, que obvió las quejas de los vecinos.

- Bar musical en el Eixample (2008). Cuatro años de cárcel por contaminación acústica para el gerente del bar musical Macumba, que no atendió las instrucciones del Ayuntamiento.

- Discoteca en el Eixample (2008). Cuatro años de cárcel para el propietario de la discoteca 242, que además de hacer exceso de ruido, incumplía horarios y funcionaba como after.

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