Reportaje:LAS COLECCIONES DE EL PAÍS

Diego el Cigala o 'el Sinatra gitano'

Esta semana, la segunda edición de 'Dos lágrimas', en los quioscos

"¡Que me maten si dentro de un tiempo Diego el Cigala no es una figura del cante!", advertía el Gran Wyoming en la presentación de Entre vareta y canasta, el segundo disco del cantaor producido por 18 Chulos, la productora que tiene el showman junto con otros amigos y artistas. De eso hace ocho años. Entonces, todavía el príncipe de los gitanos y del flamenco era un desconocido para el gran público. El disco Lágrimas negras, lanzado en 2004, cambió su vida, y de cantar en el Rastro madrileño pasó a llenar teatros en París, Londres, Nueva York y Miami. En Estados Uni...

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"¡Que me maten si dentro de un tiempo Diego el Cigala no es una figura del cante!", advertía el Gran Wyoming en la presentación de Entre vareta y canasta, el segundo disco del cantaor producido por 18 Chulos, la productora que tiene el showman junto con otros amigos y artistas. De eso hace ocho años. Entonces, todavía el príncipe de los gitanos y del flamenco era un desconocido para el gran público. El disco Lágrimas negras, lanzado en 2004, cambió su vida, y de cantar en el Rastro madrileño pasó a llenar teatros en París, Londres, Nueva York y Miami. En Estados Unidos la prensa le calificó como el Sinatra gitano.

De él, en el prólogo del disco que le catapultó al éxito, el poeta Ángel González decía: "Es una extraordinaria amalgama en la que la canción antillana suena a cante, y al revés". Sobre el cantaor, Ben Ratliff, uno de los críticos musicales de The New York Times, comentaba que era "un cantante que hace flamenco tradicional de sangre y hierro, usando boleros como medio para fundir lenguajes y emerger con una tercera vía maravillosamente realizada".

Paco de Lucía dice que cada vez que escucha a El Cigala se le alegra el alma

De su singular manera de interpretar, la última mujer de Vinicius de Moraes decía haber oído Eu sei que vou amar (reinterpretado por El Cigala en Lágrimas negras) millones de veces, en todas las versiones posibles, "pero nunca imaginé poder escucharla de una forma tan diferente y nueva".

Pero aunque recientes, esos halagos pertenecen ya al pasado. El Cigala sigue cosechando éxitos, tantos que ya hace tiempo el artista bromeaba y decía que debería cambiarse el mote y pasar a ser algo más grande, algo como Diego el Bogavante.

De su último trabajo, Dos lágrimas, lanzado en exclusiva por EL PAÍS, y agotado en su primera edición el día del lanzamiento, Paco de Lucía comenta: "Diego es una de las voces más bonitas del flamenco de hoy, una voz de caramelo que derrama el corazón en todo lo que canta. Siempre que lo escucho se me alegra el alma". Andrés Calamaro, su "hermano payo", confiesa en el libro que acompaña al CD: "Casi todas las palabras de un diccionario sirven para escribir por Cigala, el Diego. Artista, cantante extraordinario, el mágico, aquel que imprime arte y borbotones de música embrujada siempre. Algo podría decirse, quizá, del sentimiento volcánico del Diego, de su amistad profunda y de sus arranques, el cante del Cigala es cosa seria".

Dado el éxito obtenido, EL PAÍS ha reeditado una segunda edición de Dos lágrimas. El libro-CD estará en los quioscos desde esta semana y durante tres semanas más a un precio de 9,95 euros. En este álbum, el cantante vuelve otra vez con su peculiar flamenco bañado de los ritmos de grandes boleros, coplas y hasta un tango. Dos gardenias, María de la O o Caruso son algunos de los 11 temas que reinventa el que dicen es el nuevo Camarón. "Son 11 canciones con las que me he emborrachado de felicidad y sentir", afirma el artista.

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