La huelga de autobús suma 237 ataques

Nuevos sabotajes dejan sin servicio a las localidades de la Margen Izquierda en hora punta - Mañana, primer paro de 24 horas en Bilbobus y Bizkaibus

Cuando se cumplía la octava jornada de una protesta que comenzó hace 35 días, el conflicto que enfrenta a la dirección y los trabajadores de TCSA, la empresa que gestionará hasta el 31 de julio próximo todas las líneas de Bilbobus y 37 de Bizkaibus, vivió ayer una escalada en la intensidad de las movilizaciones y en las molestias a los usuarios. Un total de 71 unidades de Bizkaibus resultaron saboteadas a primera hora, lo que motivó la suspensión durante gran parte de la mañana de todo el servicio interurbano en la Margen Izquierda al quedarse sin autocares disponibles. Este nuevo incidente se...

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Cuando se cumplía la octava jornada de una protesta que comenzó hace 35 días, el conflicto que enfrenta a la dirección y los trabajadores de TCSA, la empresa que gestionará hasta el 31 de julio próximo todas las líneas de Bilbobus y 37 de Bizkaibus, vivió ayer una escalada en la intensidad de las movilizaciones y en las molestias a los usuarios. Un total de 71 unidades de Bizkaibus resultaron saboteadas a primera hora, lo que motivó la suspensión durante gran parte de la mañana de todo el servicio interurbano en la Margen Izquierda al quedarse sin autocares disponibles. Este nuevo incidente se registra dos días antes de que los trabajadores completen la primera de las tres huelgas de 24 horas que han convocado para mañana, el sábado y el lunes entrante.

Identificadas ocho personas cuando trataban de dañar varios autocares
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Los sabotajes se registraron de madrugada en las cocheras de TCSA en el barrio baracaldés de Burceña. A 64 autocares les fueron deshinchadas las ruedas y otros cinco quedaron con las lunas rotas. A las 8.00, dos unidades fueron cruzadas en la BI-639, que quedó cortada. "Lo ocurrido es muy grave. Han dejado sin servicio a la gente humilde, la que va a trabajar a las seis. El gran perjudicado está siendo el ciudadano de a pie", denunció la compañía.

Con los registrados ayer, la firma ha sufrido ya 237 sabotajes desde el 11 de junio. La chispa que encendió la conflictividad fue, según los trabajadores, la decisión del Gobierno de elevar al 40% los servicios mínimos los días en que sus paros coincidieran con los del metro. Días antes, TCSA denunció ante los tribunales una huelga que entendía "abusiva". La causa se verá el lunes en los juzgados.

TCSA no ha cuantificado el perjuicio económico causado por los sabotajes. "Es casi imposible. ¿Cuánto cuesta inflar una rueda? El daño económico no está siendo importante. Lo grave es la merma en la calidad del servicio", aseguran fuentes de la empresa adjudicataria, que ha instado a la Ertzaintza y la Policía Municipal a que refuercen la vigilancia de las cocheras y las unidades. Lo hizo antes de que el Ayuntamiento de Bilbao informase de que la Policía Municipal ha identificado a ocho personas como autores materiales de supuestas "operaciones de sabotaje en varios autobuses de Bizkaibus". Según el consistorio, estas personas fueron sorprendidas a las seis de la mañana cuando trataban de manipular varios autocares estacionados en la cochera de la Ribera de Deusto. Un vigilante alertó a la Policía Municipal, que se personó en el lugar e identificó a estas personas. A continuación, trasladó sus nombres a la Justicia.

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TCSA ha iniciado contactos con Empleo para que la consejería nombre un árbitro que dicte un laudo de obligado cumplimiento por ambas partes que ponga fin a la protesta. "Cada día que pasa, esta huelga tiene menos sentido y menos visos de solucionarse", dijo a este periódico un portavoz de la empresa.

Los trabajadores, mientras, denunciaron ayer a la compañía ante la Ertzaintza. Según su versión, TCSA clausuró entre las 7.30 y las 9.15 las puertas de su sede en Deusto, dejando a los empleados "encerrados" en su interior. "Se ha vulnerado el derecho a la huelga del personal de oficina, y se ha vulnerado el derecho a la información de los piquetes", protestó José Antonio Fernández, presidente del comité de empresa. Los trabajadores se concentran frente a la sede de la firma durante los paros que, de 7.30 a 9.30 y de 18.00 a 20.00, mantienen los lunes, miércoles y viernes. La versión de la empresa es otra: "Por consejo de la Ertzaintza, y para prevenir ocupaciones violentas como la de hace quince días, cuando tiraron huevos y rompieron cosas, las oficinas han permanecido cerradas".

TCSA emplea a casi 1.300 trabajadores: 700 en Bilbobus y 600 en Bizkaibus. Explotará Biz-kaibus hasta 2012, pero su concesión en Bilbobus expira el 31 de julio, que pasa a la francesa Veolia. Ese día, los contratos de los 700 empleados serán subrogados a dicha multinacional. Aun así, TCSA está interesada en "solucionar cuanto antes" el asunto, porque "el convenio será el que asista a los 600 empleados de Bizkaibus que seguirán en nómina".

TCSA prevé recurrir el concurso por el que el Ayuntamiento adjudicó el servicio a Veolia al entender que esta firma presentó una oferta por debajo de costes con el fin de introducirse en el mercado vasco.

El Ayuntamiento no oculta su preocupación. "Hemos presentado denuncias ante el juzgado por los sabotajes, y hemos dado instrucciones a la Policía Municipal para que esté atenta", dijo el alcalde en funciones, Ibon Areso. "Solicitamos al comité de empresa que, ya que nosotros respetamos su huelga, ellos se limiten a cumplir los servicios mínimos. A quien están perjudicando es al usuario, no al Ayuntamiento", concluyó.

Desconvocados los paros en el metro

Los sindicatos ELA y CIM desconvocaron ayer los paros que habían convocado en Metro Bilbao para los próximos días 20, 23 y 27. Las centrales atribuyeron la decisión al éxito de sus movilizaciones. "Tras tres jornadas de paro [los pasados 9, 13 y 16], la empresa se ha visto obligada a mover ficha y hoy [por ayer] ha presentado una plataforma que se acerca a las reivindicaciones de los convocantes. Aún no llegan a nuestras reivindicaciones, como el incremento de plantilla, subidas salariales y fines de semana, pero se han acercado", declaró Iñaki San Andrés, de ELA. Ambas centrales no suman la mayoría sindical (tienen 8 representantes en el comité sobre un total de 17), pero les respalda el 52% de la plantilla del suburbano.

Metro Bilbao, en cambio, se felicitó porque haya prevalecido "la que ha sido siempre la apuesta de la mayoría de la empresa, basada en mantener la vía de la negociación. La dirección y la mayoría sindical han apostado desde un principio por el diálogo y la negociación". Fuentes del suburbano señalaron que entre el 75 y el 80% de la plantilla acudió a su puesto durante las tres jornadas de paro.

Si una protesta quedó desconvocada ayer en el metro, otra se puso en marcha. Fue la primera jornada de huelga indefinida convocada por las plantillas de Garbialdi y Uni-2, subcontratas del servicio de limpieza. Sus trabajadores, más de un centenar, exigen la equiparación salarial con los empleados del metro que realizan el mismo servicio. Mientras éstos ganan 1.390 euros al mes, aquéllos perciben 950 euros "en el mejor de los casos, pues el 60% de la plantilla gana menos de 400 euros".

En una asamblea celebrada por la tarde, el comité de huelga decidió rechazar una última propuesta empresarial al considerarla "insuficiente y lejos de la equiparación salarial". Con 50 votos a favor y 19 en contra, sus integrantes decidieron seguir con la huelga, y trasladaron a los responsables de ambas empresas "su disposición a continuar con las negociaciones".

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