Pekín y Tokio acuerdan repartirse el gas del mar de China

Japón y China harán cumbres bianuales y lucharán contra el cambio climático

Pekín y Tokio iniciaron ayer una nueva era en sus difíciles relaciones. El presidente chino, Hu Jintao, y el primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, acordaron celebrar a partir de ahora una cumbre anual de los líderes de los dos países; resolver equitativamente la disputa sobre la explotación de las enormes reservas de gas del mar de China Oriental; cooperar en la lucha contra el cambio climático, y no permitir que las rivalidades del pasado les separen.

Fue el resultado del encuentro que mantuvieron en Tokio ambos dirigentes durante la visita que Hu está realizando a Japón, la primera q...

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Pekín y Tokio iniciaron ayer una nueva era en sus difíciles relaciones. El presidente chino, Hu Jintao, y el primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, acordaron celebrar a partir de ahora una cumbre anual de los líderes de los dos países; resolver equitativamente la disputa sobre la explotación de las enormes reservas de gas del mar de China Oriental; cooperar en la lucha contra el cambio climático, y no permitir que las rivalidades del pasado les separen.

Los dos viejos enemigos se comprometen a zanjar diferencias

Fue el resultado del encuentro que mantuvieron en Tokio ambos dirigentes durante la visita que Hu está realizando a Japón, la primera que hace un presidente chino al país vecino desde hace 10 años. "China y Japón no pueden tomar otro camino que el de la paz, la amistad y la cooperación, como vecinos que son y países con influencia significativa en Asia y el mundo", dijo Hu en conferencia de prensa junto a Fukuda. Los líderes aseguraron, en un comunicado conjunto, que "las dos naciones son socios cooperativos, no una amenaza mutua", y deben "mirar directamente a la historia, para dirigirse hacia el futuro".

Fueron las veladas referencias a las heridas del pasado, que ambos Gobiernos no han querido que agríen la cumbre, como ocurrió durante la visita del anterior presidente chino a Tokio, en 1998. En aquella ocasión, Jiang Zemin criticó a Japón, ante el emperador japonés Akihito, por su pasado imperialista.

Fukuda alabó a Pekín por haber iniciado conversaciones con representantes del Dalai Lama para mejorar la situación en Tíbet, donde el pasado marzo se produjeron violentas revueltas contra el Gobierno chino, e instó a Hu Jintao a que continúe negociando. "Vemos las conversaciones como un primer paso. Las tomamos en serio", dijo Hu, que, sin embargo, pidió al líder de los tibetanos "sinceridad" y que ponga fin a lo que calificó de actividades separatistas.

El primer ministro japonés afirmó que deseaba que los Juegos Olímpicos de Pekín, el próximo agosto, sean un éxito, y evocó los que se celebraron en 1964 en Tokio, que marcaron la emergencia de Japón en la escena internacional tras su derrota en la II Guerra Mundial. Pero Fukuda dijo que aún no había decidido si acudirá a la ceremonia de apertura de los Juegos. Como gesto simbólico de buenas relaciones, Hu accedió a prestar dos osos panda a Japón.

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El presidente chino, Hu Jintao (izquierda), y el primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, ayer en Tokio.EFE

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