Reportaje:

El minifundio, alternativa al abandono del campo

Expertos creen que es un cultivo rentable y sostenible

"Una agricultura basada en cuidar la tierra puede ser el futuro". Lo es, de momento, para Jordi Lloret, un vecino de 42 años de Muro que, a contracorriente de lo que viene sucediendo desde hace años, no sólo la considera una afición sino que pretende dejar en el futuro su actual empleo para dedicarse de lleno al campo.

Lloret compró a finales de los años 90 un terreno de poco más de una hectárea en su pueblo, y quiere comprar más. Ahora es uno de los propietarios de los 28 minifundios involucrados en el proyecto Microvinya, de la bodega Celler la Muntanya. Este proyecto pretende ...

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"Una agricultura basada en cuidar la tierra puede ser el futuro". Lo es, de momento, para Jordi Lloret, un vecino de 42 años de Muro que, a contracorriente de lo que viene sucediendo desde hace años, no sólo la considera una afición sino que pretende dejar en el futuro su actual empleo para dedicarse de lleno al campo.

Lloret compró a finales de los años 90 un terreno de poco más de una hectárea en su pueblo, y quiere comprar más. Ahora es uno de los propietarios de los 28 minifundios involucrados en el proyecto Microvinya, de la bodega Celler la Muntanya. Este proyecto pretende impulsar la recuperación del viñedo en L'Alcoià y El Comtat, donde era tradicional en el pasado, y reivindicar el minifundio como una fórmula de producción "que puede ser rentable" y cuya recuperación beneficia tanto al medioambiente como a la vertebración social, explica Joan Cascant, uno de los propietarios de Celler la Muntanya.

"Desistí de arrancar la viña al conseguir mejores precios", dice un agricultor
Las pequeñas propiedades son garantía de calidad en los productos

Entre los agricultores que se han sumado al proyecto, y que suministran su cosecha a la citada bodega, hay algunos que habían abandonado la agricultura o que estaban a punto de hacerlo, añade Cascant. La plantación se realiza a partir de los criterios que marca la bodega. Y el resultado es visible. "Iba a arrancar la viña pero ahora consigo mejores precios", explica Antonio Torregrosa, que en una de sus parcelas, de media hectárea, ya ha producido varias cosechas de la variedad malvasía para Celler la Muntanya. Torregrosa es un agricultor de Gallanes "de toda la vida" y está comprobando cómo vuelve a ser rentable un cultivo que fue abandonándose en la zona y sustituyéndose por olivar justamente por la falta de rédito económico. Se muestra satisfecho con la experiencia y considera, en general, que "si no se va haciendo algo, al final en estas comarcas todo acabará siendo sierra".

El proyecto se ha explicado estos días en el primer congreso nacional El minifundio como defensa del ecosistema mediterráneo, organizado por el Ayuntamiento de Muro, la Universidad de Alicante y la Associació Elviart. Este último colectivo, con sede en Muro considera la pequeña propiedad como una forma viable de garantizar la calidad de los productos y el beneficio para los agricultores.

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Académicos, cooperativistas, políticos, biólogos y una treintena de bodegas de todo el arco mediterráneo (de Málaga al Penedés) han acudido al congreso y han reflexionado sobre la importancia de la actividad agrícola para mantener la biodiversidad, sobre la relación entre el minifundismo y la sostenibilidad o sobre agricultura mediterránea y paisaje.

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