Un centro por barrio, como la asistencia sanitaria

La Ley de Dependencia, que reconoce prestaciones a personas con distinto grado de discapacidad, es la que ahora genera un número importante de expedientes en los centros sociales. Es normal, porque en Barcelona hay 335.000 personas mayores de 65 años, de las cuales 175.000 superan los 75. Los barceloneses de más 65 años son el 22% de la población.

Por otra parte, la Ley de Servicios Sociales de la Generalitat supone la universalización de la atención social. "Si ahora se restringe a los que tienen ingresos por debajo de 1,5 veces el IPREM

[indicador público de renta de efectos mú...

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La Ley de Dependencia, que reconoce prestaciones a personas con distinto grado de discapacidad, es la que ahora genera un número importante de expedientes en los centros sociales. Es normal, porque en Barcelona hay 335.000 personas mayores de 65 años, de las cuales 175.000 superan los 75. Los barceloneses de más 65 años son el 22% de la población.

Por otra parte, la Ley de Servicios Sociales de la Generalitat supone la universalización de la atención social. "Si ahora se restringe a los que tienen ingresos por debajo de 1,5 veces el IPREM

[indicador público de renta de efectos múltiples], que supone un tope de unos 9.000 euros anuales, la nueva ley acaba con los baremos", explica Ricard Gomà, teniente de alcalde del Consistorio y responsable de los servicios sociales.

Un ejemplo concreto: ahora hay 12.000 personas que tienen atención domiciliaria; viven solas, pero necesitan cierta ayuda: a veces para la compra, otras para las labores de casa. "Al universalizarse, esas 12.000 se podrán transformar en 25.000", señala el edil.

Copago

Lo que se universaliza es la asistencia, no la gratuidad del servicio. Es decir, se podrá introducir un copago, una tasa que se fijará en función de los ingresos, aclara Gomà. En cualquier caso, los recursos que se necesitarán para dar atención al incremento previsto serán importantes.

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En centros, el consistorio pretende pasar de los actuales 39 a 43. Y de 485 profesionales a 696, 100 de ellos educadores sociales. "El objetivo es que cada barrio tenga un centro de asistencia social de la misma manera que tiene un centro de asistencia primaria", apunta Gomà. Un sitio al que acudir cuando lo que se necesita es atención social, entendiendo por ella desde programas de orientación a niños y jóvenes en riesgo de exclusión a la instalación de la telealarma en los docimilios.

¿Una ciudad que se empobrece? "No, unos servicios que se universalizan", insiste el regidor, que en el pleno de mayo asumirá las riendas del grupo municipal de ICV en el consistorio por la retirada de Imma Mayol. Un edil que a duras penas consigue eliminar un rictus de preocupación cuando habla de las necesidades de la gente.

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