Columna

Cuba libro

Cuba hoy es una patata caliente para todos, ¿pero cuándo no fue Cuba un lugar conflictivo? Lo fue para las potencias coloniales, España y Estados Unidos, y lo sigue siendo. Aunque en lugares así aparecen las mentes más inquisitivas y lúcidas, como José Martí, una inteligencia y sensibilidad que permanece. Cuba ahora es un dolor para su propio régimen, a solas consigo mismo sin saber qué hacer, lo es para su población que es quien lo padece. Lo es para Estados Unidos, que tampoco sabe qué hacer, sin saber elegir entre el sentido común y la obcecación del exilio cubano en Miami. Y lo es para la ...

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Cuba hoy es una patata caliente para todos, ¿pero cuándo no fue Cuba un lugar conflictivo? Lo fue para las potencias coloniales, España y Estados Unidos, y lo sigue siendo. Aunque en lugares así aparecen las mentes más inquisitivas y lúcidas, como José Martí, una inteligencia y sensibilidad que permanece. Cuba ahora es un dolor para su propio régimen, a solas consigo mismo sin saber qué hacer, lo es para su población que es quien lo padece. Lo es para Estados Unidos, que tampoco sabe qué hacer, sin saber elegir entre el sentido común y la obcecación del exilio cubano en Miami. Y lo es para la Unión Europea, concretamente para España. Va ahora la literatura gallega a Cuba y hay discusión. Bien, eso sólo no ocurría cuando iba Fraga con toda su corte a pasar allí días, durante el fraguismo no se discutían los viajes a Cuba de los responsables de la Xunta. Es ahora cuando somos todos muy machos y no es necesario serlo. Basta con intentar ser coherente y es natural que se discuta la presencia de nuestra literatura en la Feria del Libro de La Habana, porque es un asunto que nos afecta a todos, a Galicia como país. Es un asunto político.

Es natural que se discuta la presencia de nuestra literatura en la Feria del Libro de La Habana
Que nuestros escritores, y con ellos sus obras, viajen a otro país es un asunto político

Efectivamente, que nuestros escritores, y con ellos sus obras, viajen a otro país, Cuba en este caso, es un asunto político. La literatura es creación individual, pero el conjunto de obras escritas por los autores de un país, máxime cuando se escriben en una misma lengua, es una expresión colectiva. No importa lo que piense un autor de sí mismo o de su obra. Ya puede sentirse el más ajeno a su país, ya puede estar cabreado con él, ya puede escribir contra él, que más tarde o más temprano será fagocitado por su país, será apropiado. El irlandés Joyce permaneció en vida en una especie de exilio voluntario por Europa y criticó con lúcida amargura las mezquindades de su país, pero hoy es un símbolo de Dublín.

Siempre es así, los escritores aunque no lo queramos no nos pertenecemos completamente, al vivir en un lugar entre más gente, al escribir en una lengua que no es propiedad particular de nadie, sino que pertenece a muchos, y al depender del público que nos lee estamos en las manos de los demás. Así, cuando un Gobierno envía una representación de sus escritores y escritoras lo que hace es constituir una embajada cultural y vender la imagen del país. Deseemos que nuestros escritores hagan buena literatura, pues daremos una buena imagen de nuestra cultura, de nuestro país, de nosotros.

¿Tiene sentido acudir a la Feria del Libro de La Habana? Hay quien fue allí y dice que no debemos ir los demás, que aquello está muy mal y que ir allí sólo es complicidad. Puede ser. Como la vida y la política es tan compleja siempre habrá un atisbo de razón. ¿Hacen bien los países europeos en tener allí embajadas o deben cerrarlas? ¿Deben invertir allí las empresas extranjeras o deben cerrar el negocio? ¿Deben ir allí los profesores, científicos, artistas a impartir conferencias a sus universidades? Siempre se podrá discutir. Ahora van los escritores a hacer parte de su trabajo habitual, a hablar de literatura y concretamente de lo que escriben, también de la cultura de nuestra Galicia. A ver lo que hacen y a ver si les sale bien.

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Se puede objetar que a la población cubana lo que le hace falta son otras cosas, desde aspirinas a huevos, pasando por libertad. Se puede objetar que allí no hay mercado, pues no hay dinero para comprar libros, pero en ese caso también se podría argumentar que el país en sí merece un respeto, que también podría haber un tufillo colonialista en despreciar la feria del libro de los cubanos.

Y que por otro lado sería una soberbia infundada, pues la literatura gallega es una literatura debilísima desde el punto de vista de su presencia internacional, es una especie de anomalía dentro de España que únicamente merece unas páginas un día al año en los suplementos de prensa madrileños, que es la prensa que conforma la mentalidad, el público y el mercado español.

Y si eso es así en España, pues fuera de ella no digamos. Sí, para la literatura gallega es un honor ser invitada por los organizadores de la feria del libro de Cuba. Gracias. Por otro lado, ése fue el camino andado por una literatura inteligente y con sentido estratégico, como es la catalana, que fue de la feria de Cuba a la de Guadalajara (México) y de allí, a Francfort. No está mal. Quién nos diera.

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