Desarticulada otra vez una red que vendía anabolizantes y medicamentos falsificados

Los Mossos d'Esquadra ya habían desarticulado la red en junio, pero sus principales cerebros no tardaron demasiado en reorganizarse. La policía autonómica ha detenido a siete personas acusadas de vender sustancias dopantes y medicamentos falsificados.

Tres de ellas ya han ingresado en prisión. La banda tenía en su poder alrededor de 30.000 dosis de productos prohibidos con un elevado riesgo para la salud, ya que a los efectos nocivos de los anabolizantes se une la falta de garantías sanitarias en el proceso de elaboración.

Todos estos productos ilegales se vendían en gimna...

Los Mossos d'Esquadra ya habían desarticulado la red en junio, pero sus principales cerebros no tardaron demasiado en reorganizarse. La policía autonómica ha detenido a siete personas acusadas de vender sustancias dopantes y medicamentos falsificados.

Tres de ellas ya han ingresado en prisión. La banda tenía en su poder alrededor de 30.000 dosis de productos prohibidos con un elevado riesgo para la salud, ya que a los efectos nocivos de los anabolizantes se une la falta de garantías sanitarias en el proceso de elaboración.

Todos estos productos ilegales se vendían en gimnasios, tiendas de complementos alimenticios para deportistas y a través de Internet. Dos de los tres máximos responsables que ahora están en la cárcel ya habían sido detenidos en junio. Se trata de Isidro C. M., de 40 años, y Jonathan S. G., de 25. El tercero es un nuevo socio de Girona -Flavio B. A., de 42- con antecedentes por el mismo motivo.

Los miembros de la red aprendieron de sus errores del pasado y tomaron especiales precauciones para evitar ser descubiertos. Disponían de nombres en clave y realizaban pedidos vía sms. Además, utilizaban un código secreto: para referirse a un anabolizante (por ejemplo, nandrolona o clembuterol) utilizaban el nombre de un medicamento legal. En uno de los registros practicados por orden del juez instructor, los agentes hallaron la tabla de equivalencias, lo que les permitió descifrar el código, explicó ayer el jefe de la unidad de consumo de los Mossos, Joan Maria Mulet.