El auge de la cirugía estética entre menores fuerza su regulación

Un decreto de Salud obligará a examinar "la madurez" de los jóvenesUnas 25.000 mujeres se implantan prótesis mamarias cada año en España

Entre los 16 y los 20 años, los cuerpos cambian. Y entre los 16 y los 20 también se toman muchas decisiones precipitadas. Agrandarse los pechos, por ejemplo. La cirugía estética se ha banalizado tanto que hasta los menores de edad recurren a ella sin tener en cuenta que su desarrollo, físico y psicológico, no se ha culminado.

No es una leyenda urbana, ya que los especialistas han observado que aumentan las consultas y las intervenciones. Aunque, a día de hoy, no es un fenómeno cuantificable por la inexistencia de registros y estadísticas, la Junta de Andalucía ha preparado un decreto pa...

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Entre los 16 y los 20 años, los cuerpos cambian. Y entre los 16 y los 20 también se toman muchas decisiones precipitadas. Agrandarse los pechos, por ejemplo. La cirugía estética se ha banalizado tanto que hasta los menores de edad recurren a ella sin tener en cuenta que su desarrollo, físico y psicológico, no se ha culminado.

En el hospital Virgen del Rocío ha crecido la demanda quirúrgica juvenil
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No es una leyenda urbana, ya que los especialistas han observado que aumentan las consultas y las intervenciones. Aunque, a día de hoy, no es un fenómeno cuantificable por la inexistencia de registros y estadísticas, la Junta de Andalucía ha preparado un decreto para regular la "protección" de los menores que se someten a estas intervenciones con fines puramente estéticos.

El Consejo Andaluz de Salud recibirá esta semana un borrador del decreto, al que ha tenido acceso EL PAÍS, que obligará a que los menores que deseen operarse sean examinados por un psicólogo para conocer su grado de madurez para comprender "todos los beneficios, riesgos y consecuencias que supone el acto de cirugía estética".

El examen deberá "descartar aquellos desórdenes psicológicos y trastornos de personalidad que puedan constituir causa de contraindicación de la cirugía estética". Esta evaluación deberá ser realizada por un psicólogo ajeno al centro donde se solicite la cirugía estética.

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Además, se reforzará el procedimiento del consentimiento informado para tener la garantía de que el menor -y también sus padres o tutores- conoce los riesgos.

En Andalucía se realizan cada año unas 125.000 operaciones de estética, según los cálculos del presidente de la Sociedad Andaluza de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, Jesús Torres.

De ellas se ignoran cuántas en menores de 18 años, pero este vacío estadístico se paliará en el futuro, ya que el decreto crea un registro sobre actos de cirugía estética de jóvenes.

En la justificación del decreto, la Consejería de Salud recoge "la preocupación" de profesionales y sociedades científicas ante el auge de esta cirugía "de manera indiscriminada".

El hecho de que el crecimiento físico y psicológico no se haya completado podría ocasionar "la necesidad de reintervenciones futuras" y "una falta de madurez para adaptarse a los cambios de la imagen corporal".Apenas hay datos, pero los pocos referidos a la realidad andaluza corroboran la impresión de que el deseo de modificar su imagen crece entre los jóvenes hasta el extremo de pasar por un quirófano. En los registros de los últimos cinco años del servicio de cirugía plástica y reparadora del hospital sevillano Virgen del Rocío han aumentado los pacientes menores de 18 años. En 2001, la comisión que decide qué casos operan y cuáles no -la sanidad pública no atiende demandas de estética- abordó 30 peticiones de menores. En 2006, la cifra ha subido hasta los 50.

La mayoría de las consultas se refieren a deformidad nasal, hipertrofia, asimetría o hipoplasia mamaria, orejas despegadas o abdomen péndulo. El 75% de ellas se descartaron porque fueron clasificadas como intervenciones de estética, explica el jefe del servicio, Tomás Gómez Cía. Pero incluso las aceptadas por el servicio tienen su tiempo. "En toda la cirugía de mama esperamos a que se complete el desarrollo, como mínimo hasta los 20 años", aclara.

Antes de esa edad, existen riesgos. "A veces no se ha completado ni el desarrollo físico ni el psicológico", advierte. El cirujano objeta más: "Luego toda la historia natural de la mama se altera, desde la exploración al seguimiento".

Colocar unos implantes mamarios no es lo mismo que desprenderse de una verruga. "Se ha frivolizado mucho este tipo de intervención, que es cirugía mayor y compleja", apostilla Tomás Gómez. "Se banalizan algunas intervenciones, las mamas no se deberían operar hasta que las mujeres tuvieran hijos y desde luego antes de los 20 años no se debería hacer nada porque el grado de madurez mental no es el adecuado", reflexiona Jesús Torres, el presidente de la Sociedad Andaluza de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. La única operación ante la que no ve impedimentos por razón de edad es la que corrige las orejas en asa (o de soplillo): "A partir de los 14 años, la oreja cambia poco". Suele acarrear trastornos psicológicos y complejos, lo que justifica la intervención de la sanidad pública.

No siempre es fácil discernir la estética de la reparadora. "Las técnicas y los procedimientos son los mismos, lo que varía es la finalidad. Se suele decir que en la reparadora hay pacientes y en la estética, clientes", ilustra Tomás Gómez.

Y cada vez más. España es, en cifras absolutas, el cuarto país del mundo donde se realizan más intervenciones de estética (380.000 al año), por detrás de Estados, México y Argentina. Un negocio anual de 1.400 millones. Alrededor de 25.000 mujeres se implantan prótesis mamarias cada año.

Un estudio en Los Ángeles (Estados Unidos) reveló que los menores eran el 10% de la clientela de estética que acudía al quirófano. "Se cree que en España se tiende hacia ese porcentaje", indica José Luis Rocha, secretario general de Calidad y Modernización de Salud.

No es una impresión que comparta Luis Jurado, un cirujano plástico con seis años de experiencia en la sanidad pública y privada. "Es una frivolidad decir que se regalan aumentos de pecho a las jóvenes". Jurado, que ve a unos 300 pacientes al año, afirma que las intervenciones entre menores que se practican son para corregir las orejas en asa en los chicos y la hipoplasia mamaria en chicas, que "conllevan trastornos psicológicos".

Tomás Gómez Cía, cirujano plástico del hospital Virgen del Rocío, en su despacho.PÉREZ CABO

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