Un ratón deja de oler el peligro

Basta desconectar unos receptores de la nariz del ratón para que el animal deje de oler el peligro y se convierta en un valiente temerario, aunque no haya perdido en absoluto la capacidad de detectar el olor, e incluso se le puede enseñar a evitar el riesgo basándose en esa percepción. Al menos ésa es la conclusión de un experimento que han hecho investigadores japoneses con unos ratones mutantes, en los que han anulado la expresión de un gen relacionado con las neuronas sensoriales del olfato.

Ko Kobayakawa, de la Universidad de Tokio, y sus colegas explican hoy en Nature que au...

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Basta desconectar unos receptores de la nariz del ratón para que el animal deje de oler el peligro y se convierta en un valiente temerario, aunque no haya perdido en absoluto la capacidad de detectar el olor, e incluso se le puede enseñar a evitar el riesgo basándose en esa percepción. Al menos ésa es la conclusión de un experimento que han hecho investigadores japoneses con unos ratones mutantes, en los que han anulado la expresión de un gen relacionado con las neuronas sensoriales del olfato.

Ko Kobayakawa, de la Universidad de Tokio, y sus colegas explican hoy en Nature que aunque el sistema olfativo de los mamíferos interviene en varias reacciones, "incluido el comportamiento de repulsión por la comida podrida o el miedo ante el olor de los depredadores", su ratón mutado genéticamente carece de esa respuesta innata a los malos olores, aunque los huela. El sistema olfativo de los ratones, recuerdan los científicos, es capaz de discriminar diferentes olores utilizando un repertorio de unos mil genes relacionados con receptores del olor.

La investigación no pretende hacer animales tontamente valientes que reten a los gatos, sino comprender profundamente el complejo sistema neuronal implicado en el sentido del olor y cómo reacciona el animal ante estímulos aprendidos o innatos.

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