Reportaje:

Diagnosticar el alzhéimer en sangre

Nuevos avances en la detección de la demencia antes de que dé síntomas

El desarrollo de un análisis de sangre que permita diagnosticar con precisión la enfermedad de alzhéimer, e incluso hacerlo antes de que se produzca una pérdida de memoria verdaderamente debilitadora, está más cerca. Un equipo de científicos, principalmente de la Universidad de Stanford, ha desarrollado una prueba con una precisión del 90% de distinguir la sangre de las personas con alzhéimer de la de aquellas que no padecen la enfermedad. El análisis tiene una exactitud del 80%, aproximadamente, en la predicción de qué pacientes con pérdidas leves de memoria acabarían desarrollando alzhéimer ...

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El desarrollo de un análisis de sangre que permita diagnosticar con precisión la enfermedad de alzhéimer, e incluso hacerlo antes de que se produzca una pérdida de memoria verdaderamente debilitadora, está más cerca. Un equipo de científicos, principalmente de la Universidad de Stanford, ha desarrollado una prueba con una precisión del 90% de distinguir la sangre de las personas con alzhéimer de la de aquellas que no padecen la enfermedad. El análisis tiene una exactitud del 80%, aproximadamente, en la predicción de qué pacientes con pérdidas leves de memoria acabarían desarrollando alzhéimer entre dos y seis años después.

Se están probando varios fármacos para frenar el avance de la enfermedad La precisión de la prueba en sangre que está ahora en desarrollo es del 90%
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Los resultados, publicados el 14 de octubre en Internet por Nature Medicine, han sido calificados por expertos externos como prometedores aunque preliminares. Y advierten de que el trabajo debe ser validado por otros y en estudios mucho más amplios, ya que se han dado numerosas decepciones en el pasado.

"La búsqueda de bioindicadores del alzhéimer es un campo muy de moda", señala William Jagust, catedrático de salud pública y neurociencia en la Universidad de California en Berkeley. "Las cosas tienden a suscitar mucha atención y no siempre están confirmadas".

Ahora, el alzhéimer se diagnostica con una serie de pruebas mentales y de otra índole, e incluso ese diagnóstico depende del criterio del médico. Según los médicos, sería útil disponer para el alzhéimer de algo similar a una prueba de embarazo, una prueba sencilla y definitiva que pueda detectar la enfermedad de forma precoz, quizá incluso antes de que aparezcan los síntomas.

Los tratamientos para el alzhéimer no son por ahora muy eficaces, así que algunas personas quizá no deseen que se les notifique que padecen una afección incurable. Pero a lo mejor otros sí. "Hay gente que quiere saber qué le deparará el futuro para poder planificar su patrimonio y su vida", afirma Sam Gandy, presidente del consejo asesor médico y científico de la Asociación de Alzhéimer de EE UU.

Pero la verdadera utilidad de una prueba de diagnóstico precoz llegará cuando se desarrollen medicamentos que puedan ralentizar o frenar la progresión del alzhéimer. Actualmente se están probando varios tratamientos que podrían conseguirlo. Los medicamentos serían especialmente valiosos si pudieran utilizarse antes de que las capacidades cognitivas mermen demasiado.

Ya se han realizado numerosos esfuerzos para hallar un indicador precoz en la sangre, la orina, el líquido cefalorraquídeo y los movimientos oculares, y también mediante imágenes cerebrales utilizando tomografías por emisión de positrones y resonancias magnéticas.

DiaGenic, una empresa noruega, ha presentado los primeros resultados de un análisis de sangre que evalúa la actividad genética. Investigadores de la Universidad de Cornell han publicado resultados preliminares el pasado diciembre utilizando un patrón de 23 proteínas en el líquido cefalorraquídeo. Pero ninguna prueba ha tenido un respaldo universal. La que se ha acercado más es una prueba de dos proteínas en el líquido cefalorraquídeo que se utiliza en algunos países europeos, señala Dennis Selkoe, catedrático de Neurología en Harvard y el Birgham and Women's Hospital de Boston.

Un análisis de sangre sería más sencillo para los pacientes que una punción lumbar, según Selkoe. Pero dicho análisis sólo es posible si el alzhéimer provoca cambios fuera del cerebro que puedan detectarse en sangre.

Tony Wyss-Coray, catedrático adjunto de Neurología en la Universidad de Stanford y principal autor del nuevo estudio, dice que existen pruebas derivadas de ensayos con animales que indican que los cerebros aquejados de alzhéimer envían señales al sistema inmunitario del cuerpo. Por ello, su equipo decidió que, en lugar de estudiar todas las proteínas de la sangre, se centraría en las que participan en la comunicación entre las células, con la esperanza de escuchar, por así decirlo, el diálogo relacionado con el alzhéimer.

Los investigadores recogieron más de 200 muestras de sangre de personas con y sin alzhéimer. Utilizando 83 de las muestras, calcularon la abundancia de 120 proteínas que participan en la señalización celular y descubrieron que podían distinguir las muestras con alzhéimer de los controles empleando 18 de las proteínas. Luego probaron su firma de 18 proteínas con 92 muestras más. Los ensayos coincidieron con el diagnóstico clínico un 90% de las veces, aproximadamente.

Lo que quizá resultó más interesante fueron los resultados de la prueba con 47 muestras sanguíneas recogidas en personas con una disfunción cognitiva leve, una pérdida menor de memoria que puede ser un precursor del alzhéimer. La prueba pudo predecir con una exactitud aproximada del 80% si un paciente desarrollaría la afección entre dos y seis años después de que se tomara la muestra de sangre.

Wyss-Coray dice que controlar las comunicaciones entre las células podría ser una manera de desarrollar pruebas de diagnóstico para otras enfermedades. Y entender por qué los niveles de las 18 proteínas son distintos en los pacientes de alzhéimer podría ofrecer una mejor comprensión de la enfermedad.

Aunque la empresa que aspira a comercializar la prueba diagnóstica afirma que espera disponer de ella para utilizarla con fines de investigación el año que viene, es probable que pasen varios años antes de que se autorice una prueba y que esté lista para ser usada por los médicos.

Algunas cifras

- En España hay 800.000 enfermos de alzhéimer y en 20 años habrá el doble.

- La duración media de la enfermedad es de 10-12 años, aunque hay una gran variación individual.

- El promedio de la edad a la que se hace el diagnóstico es de 73 años.

- El diagnóstico no es 100% seguro hasta que se hace la autopsia.

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