La retirada de tarjetas sanitarias fuerza a regularizarse a miles de residentes

La retirada de 80.000 tarjetas sanitarias por parte del Consell forzará en los próximos meses la regularización de miles de ciudadanos europeos y de otras comunidades autónomas españolas que viven en el territorio valenciano. Para corregir el desfase entre residentes oficiales y reales, que tiene consecuencias significativas en el dinero que se destina a sanidad, la Generalitat ha procedido a eliminar a lo largo del verano de su base informática a todas aquellas personas que según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) no se encontraban empadronadas en poblaciones valenc...

La retirada de 80.000 tarjetas sanitarias por parte del Consell forzará en los próximos meses la regularización de miles de ciudadanos europeos y de otras comunidades autónomas españolas que viven en el territorio valenciano. Para corregir el desfase entre residentes oficiales y reales, que tiene consecuencias significativas en el dinero que se destina a sanidad, la Generalitat ha procedido a eliminar a lo largo del verano de su base informática a todas aquellas personas que según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) no se encontraban empadronadas en poblaciones valencianas.

La medida, según comprobó ayer este diario, ha afectado a residentes españoles que llevaban más de dos décadas viviendo de forma permanente en el territorio pero que no habían cambiado sus datos en el padrón.

La situación no es grave, aseguraron fuentes médicas y del área de los trabajadores sociales: en caso de necesidad, el centro de salud emite de inmediato una tarjeta sanitaria provisional (dura seis meses). Para obtenerla de forma definitiva sólo es necesario modificar el empadronamiento. Las mismas fuentes añadieron que puede provocar cierto "trastorno", sobre todo a los ancianos.

El objetivo, señaló el jueves Manuel Cervera, consejero de Sanidad, consiste en corregir el sobrecoste que soporta la caja autonómica en materia sanitaria al hacerse cargo de la atención de residentes no regularizados. Benidorm es un buen ejemplo: con 67.627 habitantes según el INE, su población rara vez baja de 150.000.