Bernat Soria será investigador honorífico del Cabimer para eludir incompatibilidades

Bernat Soria, ministro de Sanidad desde julio, será nombrado "investigador honorífico" del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer) para seguir vinculado a su equipo de científicos sin vulnerar las incompatibilidades relacionadas con su cartera ministerial. La Consejería de Salud, que convirtió a Soria en el adalid de su defensa de la investigación con células madre embrionarias, ha optado por reservarle el puesto como director del Cabimer y del programa andaluz de medicina regenerativa hasta las próximas elecciones legislativas, previstas en marzo de 2008.
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Bernat Soria, ministro de Sanidad desde julio, será nombrado "investigador honorífico" del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer) para seguir vinculado a su equipo de científicos sin vulnerar las incompatibilidades relacionadas con su cartera ministerial. La Consejería de Salud, que convirtió a Soria en el adalid de su defensa de la investigación con células madre embrionarias, ha optado por reservarle el puesto como director del Cabimer y del programa andaluz de medicina regenerativa hasta las próximas elecciones legislativas, previstas en marzo de 2008.

La oferta de José Luis Rodríguez Zapatero al investigador Bernat Soria para entrar en el Gobierno resultó lo bastante tentadora como para decir que sí. Pero puede ser efímera. En pocos meses, unas elecciones generales decidirán un nuevo Gobierno. Bernat Soria puede continuar como ministro de Sanidad y Consumo. O no. Así que romper definitivamente su relación con el Cabimer, el instituto de investigación que dirigía en Sevilla desde que fue inaugurado en marzo de 2006 por Zapatero y que había concebido desde su origen, no era de su agrado.

Aunque en sus primeras declaraciones, Bernat Soria indicó que seguiría trabajando en el Cabimer, la labor ministerial está sujeta a estrictas incompatibilidades. La figura que posibilitará que el nuevo ministro de Sanidad y Consumo pueda seguir en contacto con su equipo científico será la de "investigador honorífico", una labor no retribuida y que le permitirá asesorar a sus antiguos colaboradores, según explicó ayer un portavoz del ministerio.

Este papel de orientador se ceñirá a los proyectos de investigación que ya están en marcha y que ya cuentan con financiación, según la misma fuente, que recalcó que Bernat Soria no intervendrá en futuras líneas de investigación que se abran desde el Cabimer y que podrían aspirar a fondos públicos del Ministerio de Sanidad y Consumo que ahora dirige.

Esta propuesta se materializará en septiembre cuando se convoque al Patronato del Cabimer. La consejera de Salud, María Jesús Montero, explicó que propondrán la "suspensión provisional" del nombramiento de Soria como director del Cabimer. "En función de lo que ocurra en la próxima legislatura, se decidirá si se prolonga o no", declaró.

Esta misma solución transitoria se adoptará en el caso del programa andaluz de medicina regenerativa y terapia celular, que también dirigía el científico. "Nuestro interés es mantenerle vinculado en una función de director honorífico, adjunto o cualquier otra que le permita el cargo que ahora desarrolla", planteó Montero. Esta reserva provisional del cargo se ha adoptado de común acuerdo entre el nuevo ministro y la administración andaluza, que mantienen una estrechísima relación desde 2002, cuando firmaron un convenio de colaboración para desarrollar en la comunidad la investigación con células troncales humanas.

Por la utilización de células madre embrionarias en sus investigaciones en terapia celular en la diabetes Mellitus, Bernat Soria se enfrentó al anterior Gobierno del PP y a la Generalitat valenciana, también del PP, y tuvo que trasladar a Singapur sus proyectos.

Hasta que la Junta de Andalucía convirtió su férrea defensa de la investigación con células madre embrionarias en un ariete contra el Ejecutivo de Aznar. De la concordancia entre ambas posiciones nació la estrategia andaluza en investigación celular y una apuesta inversora que ha colocado a la comunidad en la primera línea de este campo científico en España. De hecho, el equipo de Soria en el Cabimer fue el primero que manipuló células troncales humanas.