Montilla promete ser "contundente" ante el Gobierno central, pero exige "lealtad" a ERC

Ridao y Mas piden liderazgo al presidente para desatascar el desarrollo del Estatuto

Convergència i Unió (CiU) se encontró el terreno abonado. La acusación que Artur Mas lanzó a José Montilla de tibieza ante el Gobierno central para exigir inversiones y traspasos estatutarios estuvo precedida por los reproches en el mismo sentido de Esquerra Republicana. Sucedió ayer en sede parlamentaria en boca del portavoz, Joan Ridao. También anteayer en la reunión del Consell Executiu, cuando el consejero Joan Puigcercós exigió al presidente catalán mano dura para desatascar el despliegue del Estatuto. Montilla prometió a Mas y Ridao "contundencia y firmeza" para arrancar al Gobierno comp...

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Convergència i Unió (CiU) se encontró el terreno abonado. La acusación que Artur Mas lanzó a José Montilla de tibieza ante el Gobierno central para exigir inversiones y traspasos estatutarios estuvo precedida por los reproches en el mismo sentido de Esquerra Republicana. Sucedió ayer en sede parlamentaria en boca del portavoz, Joan Ridao. También anteayer en la reunión del Consell Executiu, cuando el consejero Joan Puigcercós exigió al presidente catalán mano dura para desatascar el despliegue del Estatuto. Montilla prometió a Mas y Ridao "contundencia y firmeza" para arrancar al Gobierno compromisos efectivos pero, al tiempo, reclamó a los republicanos "unidad y lealtad".

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Ayer, en la sesión parlamentaria de control al Gobierno, el portavoz de ERC, Joan Ridao, verbalizó el descontento de su formación respecto a la actitud cicatera del Gobierno central para desplegar el Estatuto y la respuesta remisa de Montilla y de los socialistas catalanes. Una acusación a la que el jefe de la oposición, el convergente Artur Mas, se sumó de inmediato en su labor de acoso al presidente de la Generalitat.

"Los traspasos están pendientes y el Estado continúa sin cumplir, y parece que Zapatero está de retirada de Cataluña y quiere tropezar con Cataluña cuando debería saber que no se puede gobernar España sin ella. Sería temerario", recriminó Ridao. Y continuó con sus críticas. "El Gobierno no hace públicas las balanzas fiscales; aún debate sobre el cálculo de las inversiones, lo que ya nos ha costado como mínimo 1.700 millones de euros, y ahora acabamos de encajar un nuevo retraso deplorable del AVE".

Ante esta situación, Joan Ridao expresó una demanda a Montilla: "Le pedimos, primero, que el Gobierno [catalán] sea claro, sea firme, sea incluso incómodo si hace falta, como acaba de demostrar tirando por el camino de en medio a la hora de desplegar competencias en materia de educación con la tercera hora del castellano y, en segundo lugar, que se recupere una mínima unidad de acción con su liderazgo".

El presidente catalán fue taxativo en su respuesta. Admitió que las negociaciones para el desarrollo del Estatuto serán "complicadas", pero que su Ejecutivo no desfallecerá y actuará con "contundencia" para hacer realidad el traspaso del servicio de Cercanías de Renfe o la gestión del aeropuerto del El Prat con una fórmula en la que la Generalitat tenga una posición "determinante". "Este Gobierno negociará con lealtad institucional, la misma lealtad que contundencia, y flexibilidad también, la misma que pediremos a nuestros interlocutores, y para eso necesitaremos del esfuerzo de todos, y cuanto más unidos y leales seamos todos juntos más fuertes seremos también como país", afirmó en un mensaje que sonó a recriminación por el papel que están jugando los republicanos.

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El martes, en el Consell Executiu, Montilla ya había pedido al consejero Joan Puigcercós "prudencia y discreción" en sus declaraciones, después de haberse despachado a gusto contra José Luis Rodríguez Zapatero en una entrevista periodística. Puigcercós aprovechó el comentario del presidente para denunciar los escasos resultados del nuevo Estatuto. Comentario con el que se ganó la aquiescencia de otros miembros del Gobierno. Presidencia, por el contrario, entiende que las negociaciones sobre el Estatuto marchan a buen ritmo y que en próximas reuniones de la comisión bilateral, por ejemplo en julio, se verán los frutos de estos meses. Estas fuentes enmarcan la actitud de ERC en el terreno estrictamente partidista y en los "problemas internos" de los republicanos. "En julio comprobaremos la voluntad del Gobierno para desplegar el Estatuto", respondió Puigcercós, que insistió en que el Ejecutivo catalán debe ser más exigente frente al central.

Lo que consiguieron ayer Puigcercós y Ridao fue dar alas y munición al convergente Artur Mas para reiterar su tan cacareada crítica sobre la falta de liderazgo de Montilla por mantener "cohesionado" al Gobierno. "Usted no me ha de convencer a mí de su grado de exigencia, sino que ha de convencer a los suyos". Mas reclamó más "ambición" al presidente y un gesto de desmarque frente al PSOE, como su renuncia a la Ejecutiva Federal o la obtención de grupo parlamentario para el PSC en el Congreso.

Montilla obvió abordar directamente la cuestión y le repitió su crítica habitual: "A la hora de defender los intereses de Cataluña, usted no nos ha de dar lecciones. Seguramente, usted, que ve tantos problemas en el Gobierno de Cataluña, lo hace y lo dice porque tiene muy presente los problemas de liderazgo que tiene en su casa, en CDC y CiU. Este es su problema. No los confunda con los de Cataluña".

Josep Piqué también se sumó a las críticas contra Montilla, a quien recriminó el "retraso" y la "lentitud" en la construcción de algunas infraestructuras.

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