Crítica:LA LIDIA | Feria de Fallas

Exigente corrida de Fuente Ymbro

La corrida de Fuente Ymbro tuvo un fondo de armario considerable. Sin ser dura, pero sí durilla, fue corrida exigente. Para toreros con oficio, aunque el beneficio no siempre compensara después. Los seis fueron complicados de torear de salida con la capa. Sin entrega, midieron la embestida como pregonando que no iba a ser fácil llegar a un acuerdo con ellos sin negociar antes. Un pequeño laberinto que no todos supieron resolver. De los seis, primero y tercero fueron los toros visiblemente más claros pero también toros de apuesta fuerte. El que abrió plaza, bravo con el caballo y castigado con ...

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La corrida de Fuente Ymbro tuvo un fondo de armario considerable. Sin ser dura, pero sí durilla, fue corrida exigente. Para toreros con oficio, aunque el beneficio no siempre compensara después. Los seis fueron complicados de torear de salida con la capa. Sin entrega, midieron la embestida como pregonando que no iba a ser fácil llegar a un acuerdo con ellos sin negociar antes. Un pequeño laberinto que no todos supieron resolver. De los seis, primero y tercero fueron los toros visiblemente más claros pero también toros de apuesta fuerte. El que abrió plaza, bravo con el caballo y castigado con dureza en varas, se quedó sin torear. Fuera de cacho y al hilo, Puerto no se atrevió a jugarle de tú a tú. El tercero, mansito en el primer tercio, tuvo fijeza en la muleta aunque el claro defecto de escarbar más de la cuenta. Pero fue toro de triunfo. Se fue de largo desde la primera serie. Perera lo embarcó bien sobre la derecha, aunque siempre con la pierna contraria escondida. La faena tuvo un inicio rotundo, pero no tanto nivel con la izquierda. La segunda oreja fue muy generosa.

Ymbro / Puerto, Juli, Perera

Toros de Fuente Ymbro, bien presentados, lustrosos. Corrida exigente. Víctor Puerto: -aviso- tres pinchazos y descabello (silencio); -primer aviso- entera baja y trasera -segundo aviso- (oreja). El Juli: estocada trasera (oreja); pinchazo, metisaca, pinchazo y dos descabellos (palmas). Miguel Ángel Perera: entera trasera y caída (dos orejas); pinchazo y casi entera (palmas). Plaza de Valencia, 18 de marzo. 11ª de Feria. Lleno.

El resto de la corrida fue otro cantar, aunque nunca perdió interés. El más exigente fue el segundo, por contra el más chico. Muy manso en varas, se fue crudo a la muleta tras acudir hasta cinco veces al caballo. El Juli libró con él una batalla. Un pulso. Toro de sudar. De esfuerzo físico y mental. Difícil de ver desde el tendido. Muy despierto ese toro, andarín y sesgado a veces, obligó a El Juli a recorrer mucha plaza. La escena final, espectacular: toro y torero intentando comerse mutuamente el terreno. El Juli nunca perdió el gobierno de la situación. Al quinto también se lo trabajó. Se dejó querer, sobó y obligó mucho a un toro que nunca le propuso una tregua. Se le fue la espada a los bajos y echó un borrón insalvable. El cuarto, cortito de embestida, alzó a Puerto por la entrepierna cuando la faena se perdía entre la indiferencia general. Un efecto psicológico que levantó un trabajo plano que tuvo un valeroso final. El jabonero que hizo sexto, mal lidiado, pareció vencido y convencido en la primera serie de Perera. Un espejismo. Los papeles se cambiaron, el toro acabó por imponer su ritmo y le complicó la vida a Perera que acabó por perder el sitio.

El Juli se echa por delante al quinto toro de la tarde.SANTIAGO CARREGUÍ
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