"Adoro la sensación de ser negocio"

Carmen Maura (Madrid, 1945) recibió el pasado sábado el Premio Málaga, la mayor distinción honorífica del Festival de Cine Español de Málaga, y presentó su última película, El menor de los males, dirigida por Antonio Hernández. Ante la previsible pregunta de qué personaje suyo salvaría si sólo pudiera quedarse con uno, la actriz da una respuesta sorprendente. Para empezar, rescata tres papeles: "Los de La ley del deseo, ¡Ay, Carmela! y La comunidad". Y los elige por motivos que van mucho más allá de lo puramente artístico: "Además de haber gustado mucho a crítica y público...

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Carmen Maura (Madrid, 1945) recibió el pasado sábado el Premio Málaga, la mayor distinción honorífica del Festival de Cine Español de Málaga, y presentó su última película, El menor de los males, dirigida por Antonio Hernández. Ante la previsible pregunta de qué personaje suyo salvaría si sólo pudiera quedarse con uno, la actriz da una respuesta sorprendente. Para empezar, rescata tres papeles: "Los de La ley del deseo, ¡Ay, Carmela! y La comunidad". Y los elige por motivos que van mucho más allá de lo puramente artístico: "Además de haber gustado mucho a crítica y público, los tres han dado mucho dinero en taquilla. Que mis personajes den dinero en taquilla me chifla. Siempre quise ser negocio. Si me das a elegir entre llenar el cine todos los días y tener buenas críticas, elijo el dinero. La sensación de ser negocio me encanta".

Capaz de mezclar con naturalidad comedia y drama en una misma escena, la actriz asegura no haber cambiado de forma de interpretar desde que el crítico de cine Alfredo Marquerie la empujó a dedicarse de lleno al cine y rodó su primera película, El hombre oculto. "Mi método es tomármelo en serio. En los rodajes yo me divierto y me río mucho, pero me parece que hoy día no se le da demasiada importancia a estudiarse bien el guión para poder decir cada frase de la manera que te pida el director", afirma.

Si ella no ha cambiado, el cine español ha dado un giro copernicano: "El respeto con que nos reciben ahora fuera de España y con el que lo hacían hace 20 años no tiene color. (...) Además, ahora ser actor o actriz es más chic, cuando yo empecé, en la mayoría de las familias que un hijo dijera que se quería dedicar a este oficio sentaba como un escupitajo".

Aunque descarta "morir en el escenario", Carmen Maura no piensa en retiradas: "Como yo no he entrado en esto por guapa, tengo la ventaja de que puedo trabajar de abuelita, además de que llegará un momento en que abuelitas sin operar sólo habrá dos, Verónica Forqué y yo".

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