Frente ecologista para parar la granja lusa

Ecologistas gallegos y portugueses se han unido para intentar evitar que Pescanova construya, con el apoyo y las subvenciones del Gobierno luso, una piscifactoría de rodaballos en el distrito de Coimbra. La planta afecta, según explican estos colectivos, a las dunas de Mira, unos terrenos protegidos dentro de la Red Natura por su alto valor ecológico.

La Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza de Portugal (Quercus), la Federación Ecoloxista Galega (FEG) y la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galicia (Adega) no descartan acudir a la Unión Europea para parar el proy...

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Ecologistas gallegos y portugueses se han unido para intentar evitar que Pescanova construya, con el apoyo y las subvenciones del Gobierno luso, una piscifactoría de rodaballos en el distrito de Coimbra. La planta afecta, según explican estos colectivos, a las dunas de Mira, unos terrenos protegidos dentro de la Red Natura por su alto valor ecológico.

La Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza de Portugal (Quercus), la Federación Ecoloxista Galega (FEG) y la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galicia (Adega) no descartan acudir a la Unión Europea para parar el proyecto, que aún no cuenta con estudio de impacto ambiental. Rechazan la "falta de visión de políticos y administraciones públicas" que pretenden implantar proyectos empresariales "que implican la destrucción de valores ambientales".

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Estos colectivos acusan al Gobierno portugués de "imponer intereses económicos privados a costa de destruir patrimonio natural legalmente protegido". Los ecologistas sostienen que los 200 puestos de trabajo que según Pescanova se crearán con la planta de la localidad lusa de Mira están "muy lejos de la realidad" y que son "hinchados por motivos obvios de conquista de la opinión pública".

"Esto está confirmado", añaden los ambientalistas, "por el hecho de que proyectos de esta naturaleza ya en funcionamiento en Galicia emplean apenas el 20% de lo inicialmente previsto, pues estas fábricas están altamente automatizadas". Quercus, FEG y Adega aseguran que la "macroacuicultura" no es "ejemplo de una actividad sostenible". Estas agrupaciones gallegas y portuguesas afirman que el alimento de engorde y crecimiento de los peces procedentes de estas instalaciones industriales se hace con harinas de pescado elaboradas con capturas de "grandes arrastreros" o producidas en países del Tercer Mundo con materia prima procedente de "descargas de pesca pirata".

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