Reportaje:

Cinco años en el limbo de Guantánamo

Pacifistas y familiares de los reclusos protestan contra el penal en Cuba

Un grupo de activistas de derechos humanos de EE UU encabezados por Cindy Sheehan, la famosa madre de uno de los 3.000 soldados estadounidenses muertos en Irak, que se ha convertido en símbolo de la lucha contra la guerra en ese país, se encuentra en Cuba para manifestarse frente a la base naval de Guantánamo y exigir el cierre de la polémica prisión abierta por Washington en 2002, en la que todavía permanecen detenidas cerca de 400 personas sin acusación formal ni garantías legales.

Hoy los pacifistas, que piden también la retirada de las tropas de Irak, ofrecerán conferencias en la ci...

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Un grupo de activistas de derechos humanos de EE UU encabezados por Cindy Sheehan, la famosa madre de uno de los 3.000 soldados estadounidenses muertos en Irak, que se ha convertido en símbolo de la lucha contra la guerra en ese país, se encuentra en Cuba para manifestarse frente a la base naval de Guantánamo y exigir el cierre de la polémica prisión abierta por Washington en 2002, en la que todavía permanecen detenidas cerca de 400 personas sin acusación formal ni garantías legales.

Hoy los pacifistas, que piden también la retirada de las tropas de Irak, ofrecerán conferencias en la ciudad cubana de Guantánamo para denunciar "el trato inhumano" y las "atrocidades" cometidas en la prisión, y mañana realizarán un culto religioso y una protesta a la entrada de la base naval estadounidense, coincidiendo con el quinto aniversario de la apertura de la cárcel.

"Estamos muy avergonzados de nuestro Gobierno", dice la activista Cindy Sheehan

"Estamos avergonzados de nuestro Gobierno, de la actividad bárbara que ha realizado en Guantánamo (...) Exigimos un trato humano para los prisioneros y que se cierre la prisión", dijo Sheehan ayer en La Habana. La delegación que encabeza está integrada por 12 personas, incluidos Zohra Zewawi y Taher Deghayes, madre y hermano de Omar Deghayes, prisionero desde hace cuatro años en Guantánamo, y Asif Iqbal, de nacionalidad británica, quien paso dos años y medio detenido en la cárcel militar hasta que el Gobierno de Londres pudo aportar pruebas sobre su inocencia.

Han viajado, además, los realizadores de Camino a Guantánamo, documental que será exhibido hoy en esa ciudad oriental de Cuba y que cuenta la historia de Iqbal, desde su detención en Afganistán, junto a unos amigos que estaban de vacaciones, hasta que fue liberado gracias a las gestiones de las autoridades de Londres. En La Habana, Iqbal dijo que después de tres meses aislado y sufriendo torturas, confesó haber participado en una supuesta reunión con miembros de Al Qaeda en la que se planeó el atentado del 11-S. "Era habitual conseguir confesiones falsas mediante torturas", aseguró. Por suerte para él, la mencionada reunión ocurrió cuando el estaba detenido en Gran Bretaña por un altercado leve, y esta prueba le libró.

La ex coronel del Ejército estadounidense Ann Wright, también parte de la delegación, denunció que de los 770 presos que han pasado por Guantánamo sólo un 5% fueron capturados por tropas norteamericanas, "el resto fueron comprados". Según Taher Deghayes, es el caso de su hermano Omar, que fue secuestrado de su casa en Pakistán, "lejos de la zona de guerra", y vendido a soldados norteamericanos por 5.000 dólares.

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Según Wright, hay datos contundentes que documentan los atropellos y explican la necesidad de que la cárcel sea cerrada. De los 770 prisioneros que han pasado por Guantánamo, "cerca de 400 han sido liberados sin cargos, ni acusaciones, ni disculpas. El Gobierno dice que de los que quedan, 50 o 60 serán sometidos a juicio ¿qué pasa con el resto". Otro dato es que, ante los tribunales, en estos cinco años sólo se han presentado cargos contra 10 prisioneros por conspirar con Al Qaeda.

Ante la pérdida de autoridad de EE UU debido al abuso de prisioneros en Guantánamo, Human Rights Watch reclamó ayer a la UE que tome el relevo en el liderazgo internacional de la lucha por los derechos humanos y presione para cerrar el penal, informa Helena Cebrián desde Washington.

Durante la presentación del informe, ayer en Washington, el presidente de Human Rights Watch, Kenneth Roth, pidió al nuevo Congreso de EE UU una acción tajante contra los abusos y las torturas permitidos por Bush, ya que, "sin una acción organizada desde el Congreso, la pérdida de autoridad persistirá", señaló Roth. Añadió que la UE podría ayudar a reinsertar algunos detenidos y presionar a EE UU para que acuse formalmente o libere al resto de los prisioneros, y para que lleve a cabo juicios justos para los prisioneros que planea procesar.

Militantes de Amnistía Internacional protestan contra Guantánamo en Berlín.REUTERS

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