La ofensiva terrorista

ETA abandonó una potente bomba en Vizcaya una semana antes del atentado de Barajas

La policía autonómica vasca localizó ayer en la localidad guipuzcoana de Atxondo un artefacto explosivo compuesto por 100 kilos de amonal al que sólo faltaba añadir el sistema detonador para convertirse en una bomba lista para un atentado. La potente bomba se encontraba en un lugar apartado junto a un vehículo que tenía la matrícula doblada. Según fuentes de la investigación, el artefacto estaba dispuesto para ser utilizado de manera inmediata y había sido abandonado por los activistas que construyeron el zulo descubierto fortuitamente el pasado día 23 de diciembre en las proximidades de Amore...

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La policía autonómica vasca localizó ayer en la localidad guipuzcoana de Atxondo un artefacto explosivo compuesto por 100 kilos de amonal al que sólo faltaba añadir el sistema detonador para convertirse en una bomba lista para un atentado. La potente bomba se encontraba en un lugar apartado junto a un vehículo que tenía la matrícula doblada. Según fuentes de la investigación, el artefacto estaba dispuesto para ser utilizado de manera inmediata y había sido abandonado por los activistas que construyeron el zulo descubierto fortuitamente el pasado día 23 de diciembre en las proximidades de Amorebieta, a 15 kilómetros del lugar del hallazgo de ayer.

El artefacto fue encontrado a mediodía de ayer después de que la policía vasca inspeccionara un turismo Rover que había levantado sus sospechas por llevar varios días aparcado en un estacionamiento situado en una zona apartada del caso urbano de Atxondo, al pie del mítico monte Anboto, y cerca de un merendero cerrado en estas fechas. Los agentes detectaron en el interior del coche diversas manchas de sustancias que, tras analizarlas, comprobaron que eran un componente químico que se utiliza en la fabricación de explosivos.

En el maletero del vehículo había placas de matrícula falsificadas y piedras preparadas para ser utilizadas como metralla
La policía autonómica sospecha que el explosivo estaba destinado originalmente al atentado de Barajas y fue abandonado al descubrirse el zulo de Amorebieta
El artefacto, un bidón con 100 kilos de amonal, fue hallado por la Ertzaintza junto a un coche sospechoso en la localidad de Atxondo
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A unos cien metros del vehículo los agentes de la policía vasca descubrieron el bidón en cuyo interior estaban los casi cien kilos de explosivos. Este nuevo hallazgo se relacionó inmediatamente con el zulo de Amorebieta, ya que en ese lugar se encontró la tapa del bidón convertido en bomba y localizado ayer.

En el maletero del Rover abandonado había, entre otros objetos, placas de matrículas falsificadas y piedras de pequeño tamaño que, según la investigación, habían sido preparadas para ser utilizadas como metralla para el artefacto colocado en el exterior del coche y al que sólo faltaba añadir el sistema detonador.

Fuentes de la investigación de la policía autónoma vasca barajan como una hipótesis plausible que esta bomba, que ya estaba preparaba para ser introducida en el coche situado en las cercanías y con matrícula doblada, era el artefacto que la banda terrorista pretendía hacer explosionar en Barajas para romper el alto al fuego. Pero su descubrimiento fortuito el día 23 dio al traste con los planes de ETA, que se vio obligada a poner en marcha un segundo plan, el del día 30, ya dirigido y realizado desde territorio francés.

A última hora de la tarde de ayer, la Ertzaintza realizó varios registros en el centro de Bilbao, junto a la ría. Inspeccionaron una vivienda situada en el número 11 de la calle Zamakola, así como un garaje situado frente al inmueble, informa Eva Larrauri. En la vivienda buscaban al presunto etarra Asier L., relacionado con el turismo abandonado y que lleva desaparecido desde hace varios días, por lo que podría haberse dado a la fuga tras el descubrimiento del zulo del día 23. También fue registrado un local comercial en el número 7 de la calle Lotería, en el Casco Viejo, perteneciente al padre del supuesto etarra.

La zona de montaña donde fueron hallados el coche y la bomba se encuentra en el corazón del País Vasco y suele ser muy transitada por montañeros que acostumbran a aparcar sus vehículos en el estacionamiento donde los activistas habían abandonado el coche. También la utilizan patrullas de la Ertzaintza como base para los accidentes de montaña. El hecho de que el coche llevara varios días estacionado en ese lugar levantó las sospechas de los agentes.

Según las primeras conclusiones, el Rover y la bomba preparada en el bidón habrían sido abandonados por el mismo comando de ETA que preparó el zulo de Amorebieta en el que guardaban 50 kilos de explosivo, varios detonadores y otros enseres más propios del aprovisionamiento de los activistas, como una tienda de campaña y diversa ropa. El zulo fue descubierto por el perro de un ertzaina de la unidad canina fuera de servicio. El zulo, de reciente construcción -según los expertos no tenía más de dos o tres días de existencia- se encontraba a unos tres kilómetros del casco urbano de Amorebieta y a unos 15 kilómetros de Atxondo.

Primera evidencia

Este hallazgo representó la primera evidencia de que ETA no sólo se estaba rearmando, como lo demostró el robo, dos meses antes, de 350 pistolas en Francia, sino que ya había iniciado las tareas de aprovisionamiento de material y activistas en España. Fue la constatación de que al menos había introducido en el País Vasco a un comando que ya se estaba preparando para una futura ofensiva armada.

El consejero de Interior, Javier Balza reconoció entonces que el zulo era preocupante porque demostraba que ETA ya no se limitaba a moverse sólo en territorio francés, como consta a los expertos antiterroristas de ambos lados de la frontera, sino que dejaba constancia del paso de un comando de ETA a España. Era la primera prueba de que ETA había comenzado a introducirse en España con armamento en previsión de dar el salto cualitativo de la kale borroka practicada hasta entonces, al retorno a la violencia pura y dura que siempre ha practicado la banda.

La incógnita que abría este síntoma preocupante en relación con las verdaderas intenciones de ETA lo despejó la propia banda terrorista el día 30 con el brutal atentado de Barajas. Aunque parece evidente que la acción perpetrada en Madrid se estaba planeando en paralelo a lo que preparaba el comando de Vizcaya con una bomba de 100 kilos.

El atentado de Barajas muestra por sí mismo la capacidad operativa recobrada por ETA. La complejidad técnica que supone esta acción, iniciada con un secuestro en Francia del dueño de la furgoneta durante tres días, preparar el coche bomba y consumar un atentado en Madrid de esa dimensión, refleja que la banda ha recobrado muchos recursos para matar.

Un vehículo de la Ertzaintza, frente a la caseta junto a la cual se encontraron el coche y la bomba.TXETXU BERRUEZO

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