Crítica:TEATRO

Dos que se odian

A base de probarlo, Strindberg acabó odiando el matrimonio. No perdió ocasión de anatemizarlo. El padre es un antídoto contra el enamoramiento, y Danza macabra, un ajuste de cuentas de Strindberg con el hombre que hizo infeliz a su hermana Anna. Edgar y Alice, sus protagonistas, celebran las bodas de plata masacrándose ante Kurt, un invitado que no da crédito.

Play Strindberg, de Friedrich Dürrenmatt, es una versión sintética y muy picada de Danza macabra. El director francés Georges Lavaudant la ha montado en el teatro de La Abadía con tres figuras del teatr...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

A base de probarlo, Strindberg acabó odiando el matrimonio. No perdió ocasión de anatemizarlo. El padre es un antídoto contra el enamoramiento, y Danza macabra, un ajuste de cuentas de Strindberg con el hombre que hizo infeliz a su hermana Anna. Edgar y Alice, sus protagonistas, celebran las bodas de plata masacrándose ante Kurt, un invitado que no da crédito.

Play Strindberg, de Friedrich Dürrenmatt, es una versión sintética y muy picada de Danza macabra. El director francés Georges Lavaudant la ha montado en el teatro de La Abadía con tres figuras del teatro español: José Luis Gómez interpreta a Edgar, el capitán amargado; Núria Espert a Alice, que sacrificó su incierta carrera teatral por casarse con él, y Lluís Homar, al huésped que se ve en medio de un fuego cruzado.

Play Strindberg

De Friedrich Dürrenmatt. Traducción: Miguel Sáenz.

Dirección: Georges Lavaudant. Con Núria Espert, José Luis Gómez y Lluís Homar.

Teatro de La Abadía. Madrid.

Dürrenmatt moderniza a Strindberg. Lo hace menos terrible, le añade humor. Y Lavaudant lo enfría, perfila a sus criaturas en lugar de darles volumen. Su trabajo corre bien, es limpio y ligero, en la línea de La Rosa y el Hacha que exhibió en el Teatro Español. Llevo siguiendo a Lavaudant en España desde 1994, cuando estrenó Terra incognita en el desaparecido Festival de Granada: echo de menos la emoción que había en aquel montaje. Play Strindberg es todo estilo.

Lejos de espantar, estos Edgar y Alice resultan divertidos, como el Ricardo III de La Rosa y el Hacha, inspirado en Carmelo Bene. José Luis Gómez hace un trabajo de composición muy acabado. Su Edgar es un títere que se desmorona, se reincorpora de golpe y vuelve a caer. En Núria Espert, su gran personalidad se impone al personaje. Lluís Homar asume la idea del director con una calidad más natural: le pone carne y hueso, y se lleva el gato al agua. Estas tres maneras de actuar, tan diferentes, están amalgamadas. El rodaje les dará unidad.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Sobre la firma

Archivado En