Compendio de vivencias en clave de 'rap'
Cinco años después de Vicios y virtudes, la banda de rap zaragozana Violadores del Verso regresan a la escena musical y, de paso, cuentan todo lo que les ha pasado desde entonces en su nuevo álbum Vivir para contarlo, un compendio de vivencias, realidad y crudeza.
Los componentes de la banda, Lírico, Hate, Kase.O y R de Rumba, demostraron ante los medios que son parcos en palabras -unos más que otros, eso sí-, pero en su página web nos dan algunas pistas sobre el contenido de las 14 canciones de su reciente trabajo: "Vivir para contarlo es una gran ob...
Cinco años después de Vicios y virtudes, la banda de rap zaragozana Violadores del Verso regresan a la escena musical y, de paso, cuentan todo lo que les ha pasado desde entonces en su nuevo álbum Vivir para contarlo, un compendio de vivencias, realidad y crudeza.
Los componentes de la banda, Lírico, Hate, Kase.O y R de Rumba, demostraron ante los medios que son parcos en palabras -unos más que otros, eso sí-, pero en su página web nos dan algunas pistas sobre el contenido de las 14 canciones de su reciente trabajo: "Vivir para contarlo es una gran obra [...], un edificio con bases sólidas y rotundas que no deja indiferente a quien lo escucha".
El disco salió a la venta el pasado 2 de noviembre, y venía precedido por el éxito del single de adelanto que da título al disco, Vivir para contarlo, del que se han vendido 10.000 ejemplares. "Estamos flipando con toda la peña y toda la respuesta que estamos teniendo", aseguró Lírico (David Gilaberte). Y celebraron ese "pequeño hito" en la música rap -"en una época donde el intercambio de archivos parece querer acabar con el encanto de tener un disco", reflexionan- con un Single de Oro, que les entregó el deportista Gervasio Deferr.
Con o sin single dorado, los Violadores del Verso eran muy conscientes de la expectación que se fraguaba en torno a su nuevo disco. Por eso, se esmeraron en la preparación de la gira, que arranca el viernes en Santiago de Compostela y les llevará por territorios nacionales e internacionales.
El pasado mes de octubre, y durante cuatro días, se encerraron en el pabellón municipal de la localidad zaragozana de Azuara para poner a punto una gira que arrastrará siete toneladas de material, 50.000 vatios de sonido y 100.000 de luz. Todo eso -y lo que haga falta- al servicio de la música rap.