Cartas al director

Mariscadores indignados

Tras la oleada de incendios de este verano ahora las inundaciones de varias poblaciones, así como las grandes riadas de tierra quemada que, como lenguas de fuego, acaban muriendo en las playas cubriéndolas de negro, traen a la memoria de los mariscadores el triste siniestro del Prestige. Son situaciones extraordinarias e impredecibles pero, en todo caso, se pudieron aminorar sus consecuencias, pues hay que recordar que el extraordinario temporal de viento y lluvias comenzó ya hace varias semanas y las playas continúan cubiertas de ceniza. Ahora, como casi siempre, la Administración prom...

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Tras la oleada de incendios de este verano ahora las inundaciones de varias poblaciones, así como las grandes riadas de tierra quemada que, como lenguas de fuego, acaban muriendo en las playas cubriéndolas de negro, traen a la memoria de los mariscadores el triste siniestro del Prestige. Son situaciones extraordinarias e impredecibles pero, en todo caso, se pudieron aminorar sus consecuencias, pues hay que recordar que el extraordinario temporal de viento y lluvias comenzó ya hace varias semanas y las playas continúan cubiertas de ceniza. Ahora, como casi siempre, la Administración promete ayudas económicas. Los mariscadores saben que van a salir perdiendo por muchas ayudas que les concedan porque estaba muy próxima la campaña navideña, la más fuerte y esperada del año, donde el marisco obtiene, por lo general, unos buenos precios de venta. Es triste que sean los propios mariscadores los que estén con sus propias manos, con palas, bolsas de plástico y tractores recogiendo el barro y la ceniza de sus arenales, sin que la Xunta de Galicia haya destinado los medios técnicos, materiales y humanos, necesarios desde el primer momento para evitar lo que ya, desde las diferentes organizaciones de mariscadores, se temía y que puede ser la mortandad de marisco, ocasionada por las riadas. Ahora les queda esperar y rezar para que no llegue a extremos irreparables.

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