Reportaje:

Más Argentina y más Gas Natural

Brufau busca socios para YPF y promueve más negocios conjuntos con la filial gasista

Repsol busca incrementar el peso relativo de áreas ajenas al cono sur latinoamericano en sus negocios de exploración y producción, pero sin dejar de crecer e invertir en cifras absolutas en Argentina. "Somos hispanoargentinos y a veces los mercados no perciben nuestra segunda nacionalidad", reconocía esta semana Brufau, y eso pese a que el 56% del Ebitda del grupo procede de exploración y producción y pese a que más de la mitad del mismo (un 55%) proviene de Argentina, Bolivia y Brasil. De ahí, según Brufau, la conveniencia de dar entrada a socios argentinos en YPF y sacar a Bolsa un po...

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Repsol busca incrementar el peso relativo de áreas ajenas al cono sur latinoamericano en sus negocios de exploración y producción, pero sin dejar de crecer e invertir en cifras absolutas en Argentina. "Somos hispanoargentinos y a veces los mercados no perciben nuestra segunda nacionalidad", reconocía esta semana Brufau, y eso pese a que el 56% del Ebitda del grupo procede de exploración y producción y pese a que más de la mitad del mismo (un 55%) proviene de Argentina, Bolivia y Brasil. De ahí, según Brufau, la conveniencia de dar entrada a socios argentinos en YPF y sacar a Bolsa un porcentaje que puede oscilar entre el 15% y el 20%. Con ello los mercados internacionales de valores y capitales valorarían mejor la importancia de esta compañía y de sus activos y al tiempo mejoraría la percepción de los propios argentinos sobre Repsol.

El peso de Argentina, Brasil y Bolivia sobre el resultado operativo de la petrolera en su conjunto ha disminuido un 12% entre 2004 y 2005
El impulso a los negocios conjuntos con Gas Natural hace que algún analista vuelva a barajar una posible integración total o parcial con Repsol

Los analistas agregan, en favor de esta operación (que puede materializarse en el primer semestre de 2007), que reducirá el elevado riesgo del grupo petrolero en esta región y en este país y ello favorecerá a su cotización.

En los negocios de exploración y producción, el grupo Repsol adquirió en julio a BP su participación del 28% en el campo de Shenzi, en aguas profundas del golfo de México, por unos 1.700 millones de euros. El campo cuenta con grandes reservas probadas y probables de crudo, pero los analistas creen que Repsol ha pagado muy cara su participación y temen que su falta de reservas le lleve a afrontar otras compras onerosas de yacimientos.

En Repsol niegan la mayor, y hablan incluso de potenciales reservas de crudo adicionales en Shenzi. Destacan también el reciente acuerdo de colaboración con la rusa Gazprom para el desarrollo de proyectos conjuntos en gas y petróleo, su entrada unos meses antes en el mercado ruso con la compra de un 10% de West Siberian Resources, y en su participación en proyectos localizados en cuencas de alto valor petrolífero en Venezuela ("donde las relaciones con las autoridades y el funcionamiento de las empresas mixtas es profesional y satisfactorio", señala Brufau). Recuerdan además que en Trinidad y Tobago son la tercera compañía privada de hidrocarburos y que "el norte de África es la zona geográfica más rentable" para la hispano argentina gracias a la valiosa aportación de Libia (donde es ya la primera petrolera privada y va a duplicar su producción en los próximos años) y Argelia.

El otro gran golpe de timón en los dos años de gestión de Repsol ha sido la colaboración, cada vez más voluminosa, en proyectos e importe económico de los negocios conjuntos, con su participada Gas Natural. Las dos sociedades están desarrollando dos proyectos integrados en Argelia (Gassi Tuoli y Gassi Chergui). Además, han firmado un acuerdo con el Gobierno nigeriano para la construcción de una planta de licuefacción en el país africano con una capacidad de 7 bcm (miles de millones de metros cúbicos) anuales. El pacto en el que denominan negocio del upstream (exploración y producción) incluye la gestión de una flota de buques metaneros. La colaboración permite a ambas compañías beneficiarse de los posibles aumentos del precio del gas al contar con intereses en un proceso que pasa por la extracción, la licuefacción, el transporte de la materia prima y la distribución a clientes finales.

El despegue de estos negocios conjuntos, en un marco enfebrecido de operaciones corporativas en el sector de energía, hace que algunos analistas resuciten la hipótesis de una integración total o parcial de ambas. En este último caso dicen se segregarían en Repsol los negocios de extracción de crudo que no se fusionarían y podrían venderse a terceros.

Brufau niega tal posibilidad y recuerda que la colaboración con Gas Natural se circunscribe al gas destinado a mercados regulados, en los que su filial es hegemónica en España y América Latina, y que la petrolera explota por separado el resto de negocios gasísticos. Así, y entre otros proyectos, se recuerda la participación de Repsol en el yacimiento peruano de Camisea y en la construcción de una planta de licuefacción, la posición privilegiada con la que cuenta el grupo en Trinidad y Tobago a través de su participación en cuatro trenes de la planta de licuación de Atlantic LNG y su participación junto a Shell y la petrolera estatal iraní en un macroproyecto gasístico en Irán.

Un grande muy pequeño

Repsol es una de las diez mayores petroleras privadas integradas del mundo, dicen en Ahorro Corporación, pero a gran distancia de las primeras y con un enfoque más regional que global, dada su exposición a España y a Argentina.

Esa diferencia es lo que le hace susceptible a compras hostiles por otras empresas o inversores desde la supresión, hace un año, de la llamada "acción de oro" (golden share) que permitía al Gobierno vetar determinadas operaciones.

La salida de BBVA de su capital, en junio, agudizó la sensación de vulnerabilidad, aunque Brufau declaró que un 5% de capital más o menos en su accionariado de referencia no variaba mucho la situación de Repsol. Algo que repetía este jueves, tras la compra de un 9,23% de sus acciones por parte de Sacyr. La suma de ese porcentaje y de la participación de La Caixa (12,5%) dificultan una hipotética operación, pero no son suficientes para desalentar a un comprador decidido a tomar su control.

Repsol YPF, que registra ahora importantes aumentos de su beneficio (un 29% en 2005 y un 9,9% en el primer semestre), impulsada por los elevados márgenes de sus actividades de refino, primero, y de marketing y comercialización ahora, y por los precios del crudo, se ha revalorizado casi un 50% en dos años, hasta marcar este mes sus máximos históricos.

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