Reportaje:GESTIÓN Y FORMACIÓN

Vacaciones de trabajo en Tanzania

Ejecutivos de grandes constructoras españolas visitan los proyectos de Ingenieros sin Fronteras por el desarrollo local

Las vacaciones de un grupo de altos cargos de grandes constructoras y consultoras españolas han sido diferentes este año. En lugar de veranear en la playa, este verano han cogido las mochilas y se han desplazado al interior de Tanzania para apoyar a la ONG Ingenieros sin Fronteras (ISF) y explorar qué puede hacer el sector de la construcción española para ayudar a los tanzanos.

"Me he desplazado a Tanzania porque a mis 63 años quiero involucrarme personalmente en el trabajo de ISF. He sido un privilegiado. He recibido tanto de la sociedad a lo largo de toda mi vida que me siento en la o...

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Las vacaciones de un grupo de altos cargos de grandes constructoras y consultoras españolas han sido diferentes este año. En lugar de veranear en la playa, este verano han cogido las mochilas y se han desplazado al interior de Tanzania para apoyar a la ONG Ingenieros sin Fronteras (ISF) y explorar qué puede hacer el sector de la construcción española para ayudar a los tanzanos.

"Unas letrinas dignas, sin olores ni insectos, garantizan un buen nivel sanitario. Las enfermedades diarreicas han disminuido un 30%"
"Despilfarramos cantidad de recursos en nuestras obras. Ellos necesitan el apoyo de nuestro sector. Podemos echar una mano en formación"
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"Me he desplazado a Tanzania porque a mis 63 años quiero involucrarme personalmente en el trabajo de ISF. He sido un privilegiado. He recibido tanto de la sociedad a lo largo de toda mi vida que me siento en la obligación de devolverle lo que esté en mis manos. Es una cuestión de conciencia", afirma el presidente adjunto de Dragados/ACS, Juan Ernesto Pérez Moreno.

El ingeniero de Dragados formaba parte del "paquete de turistas" integrado también por Joaquín Gómez, director de estudios y contratación de Acciona; Pedro D. Gómez, presidente de la consultora Getinsa; Juan Santamaría Fullana, presidente de Euroestudios, y Francisco J. Criado, director de Carreteras del Ministerio de Fomento. Todos ellos se han pagado un viaje a Tanzania el pasado agosto para apoyar in situ los trabajos que desarrolla la ONG Ingenieros Sin Fronteras (ISF) en Tanzania, uno de los países más pobres del mundo.

ISF la forman ingenieros de distintas especialidades, que apoyan actividades de cooperación relacionadas con el saneamiento y las dotaciones de agua para mejorar las condiciones sanitarias de comunidades locales en países del Tercer Mundo. Unas actividades encaminadas a proveer medios para cubrir las necesidades de alimentación, vivienda y salud.

Lo que pretendían estos ejecutivos de consultoras y constructoras con esta visita es apoyar a ISF y comprobar su trabajo sobre el terreno e involucrar a las grandes compañías de la construcción españolas en actividades de cooperación. "Despilfarramos cantidad de recursos en todas nuestras obras. Ellos necesitan el apoyo y la experiencia de todo nuestro sector, donde hay muchas personas con sensibilidad. Creo que podemos echar una mano en tareas de formación; en traer personal a nuestras obras y enseñarles... Hay que tener en cuenta que la renta de un tanzano es sesenta veces inferior a la de un madrileño", dice Pérez Moreno.

El grupo de turistas, acompañado por el embajador español en Tanzania, recorrió el valle de Mang'ola, cerca del Kilimanjaro. Se hospedó en las mismas chozas que utiliza la población local, inauguraron fuentes y letrinas, recorrieron caminos de polvo y compartieron con los beneficiarios la alegría de ver salir agua de un grifo a poca distancia de sus poblados. "Hemos recibido un calor que no se paga con dinero", recuerda Pérez Moreno.

Regalos de Navidad

Todos los expedicionarios destacan el arraigo democrático de Tanzania, un país con una deuda exterior de 8.000 millones de dólares, frente a 12.000 de PIB, que a pesar de su pobreza (el líder de su independencia Julius Nyerere se retiró del poder tan pobre como entró), es el único de su entorno sin una guerra en su pequeña historia. Por eso ha tenido que acoger a numerosos refugiados de Burundi, Uganda, Congo o Mozambique. Un país con más de cien etnias distintas y una en común, el suajili, por el empeño de Nyerere.

Alejandro Jiménez, coordinador de proyectos de Agua e Infraestructuras de ISF, dice que fue la guerra de Burundi lo que motivó su implantación en la vecina Tanzania, donde iniciaron la cooperación de la mano de la misión católica y Médicos sin Fronteras en 1998. Desde entonces han puesto en marcha pequeños proyectos de saneamiento y abastecimiento de aguas que beneficiarán a más de 140.000 personas. "Unas letrinas dignas, bien hechas, sin olores y sin insectos, asegura un nivel sanitario suficiente para no contraer enfermedades", sostiene Jiménez.

Estas obras ya dan resultados. Las enfermedades diarreicas han disminuido un 30% en el primer año y los brotes de cólera un 60% con respecto a 2002. Jiménez destaca que lo más relevante es que las obras se ejecutan en coordinación con las autoridades regionales y los usuarios, mayoritariamente dirigidas por mujeres. "Ellas son las encargadas de ir a por el agua y de cuidar la salud familiar. Son idóneas para participar en la gestión del agua y decidir el precio para su uso sostenible. Esto último es básico", añade Jiménez porque permite el mantenimiento de las instalaciones.

La misión no acabó en Tanzania. El martes celebraron una sesión divulgativa en el Colegio de Caminos de Madrid, a la que acudió la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, para apoyar la carta que ha enviado ISF a las grandes consultoras y constructoras, con un mensaje: que destinen a esta ONG parte de lo que se gastan en regalos de Navidad.

Ingenieros de la delegación española junto a la población local celebran la traída de agua en Tanzania.F. CRIADO

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