Ritmo trepidante de los poderosos 'victorinos'
Seis astados de Victorino Martín tuvieron ayer el honor de cerrar los encierros de San Fermín. Los toros cumplieron eficientemente con su cometido en su segunda aparición en Pamplona. Como ha sido lo habitual en las siete carreras anteriores, la velocidad y la falta de cornadas han sido la nota predominante y han batido récords con respecto a los últimos 25 años. Sólo cinco personas han resultado heridas por asta de toro desde el 7 de julio, y la mayoría de carácter leve.
El herido más grave de los sanfermines, el joven neoyorquino Ray Duchrane, que quedó parapléjico tras ser golpeado p...
Seis astados de Victorino Martín tuvieron ayer el honor de cerrar los encierros de San Fermín. Los toros cumplieron eficientemente con su cometido en su segunda aparición en Pamplona. Como ha sido lo habitual en las siete carreras anteriores, la velocidad y la falta de cornadas han sido la nota predominante y han batido récords con respecto a los últimos 25 años. Sólo cinco personas han resultado heridas por asta de toro desde el 7 de julio, y la mayoría de carácter leve.
El herido más grave de los sanfermines, el joven neoyorquino Ray Duchrane, que quedó parapléjico tras ser golpeado por una vaquilla en la suelta posterior a los encierros, está a la espera de una estabilización en su estado para ser trasladado a Estados Unidos, mientras que sólo otras dos personas siguen hospitalizadas por diversos traumatismos.
Ayer, la ganadería cacereña dejó siete heridos, todos por golpes, caídas y varetazos, en una carrera trepidante, que duró dos minutos 21 segundos. Tras la salida de los corrales, los cabestros comandaron el grupo en la cuesta de Santo Domingo hasta que uno de los burracos se adelantó y, codicioso, buscó la acera, aunque sólo rozó a tres corredores, sin cornearles. Mientras, el animal abría hueco respecto a la manada, posición que no abandonó en todo el recorrido. En el ayuntamiento y en Mercaderes no hubo incidentes, aunque sí en la curva que une esta calle con Estafeta.
El ecuatoriano Isidro Enrique Pacheco, de 33 años y residente en Pamplona, fue lanzado contra un muro por un astado, lo que le provocó un traumatismo craneal por el que tuvo que ser trasladado de urgencia.
En Estafeta, como viene siendo habitual, los toros, que no cayeron en la curva con Mercaderes salieron lanzados. El primero se dedicó a atropellar mozos, mientras la manada se estiraba paulatinamente, dando paso a carreras trepidantes y muy cortas, ya que el ritmo resultaba insostenible. Un mozo a punto estuvo de ser corneado, pero el toro sólo rozó la camiseta y le propinó un revolcón. En la recta de Telefónica y el callejón de acceso al coso la torada entró más disgregada y con menos gas, permitiendo bellas estampas. Además del joven ecuatoriano golpeado, otras seis personas tuvieron que ser trasladadas a los hospitales pamploneses debido a las caídas en la última carrera del año.