La ola de calor afecta a los hospitales madrileños

"Las habitaciones están acondicionadas, pero con este calor las máquinas pierden potencia y casi no se nota el aire", cuenta Rafael, un paciente de la tercera planta del hospital Gregorio Marañón. Ayer fue uno de los días más calurosos del año. A las 13.30 el mercurio marcaba 39 grados en la calle del Doctor Esquerdo, frente al hospital. En el vestíbulo del centro la temperatura desciende cinco grados. Pero seguía haciendo calor. Poco después en las habitaciones de la tercera planta del Gregorio Marañón había 28 grados. Los familiares no paraban de abanicarse. Utilizaban periódicos, pañuelos y...

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"Las habitaciones están acondicionadas, pero con este calor las máquinas pierden potencia y casi no se nota el aire", cuenta Rafael, un paciente de la tercera planta del hospital Gregorio Marañón. Ayer fue uno de los días más calurosos del año. A las 13.30 el mercurio marcaba 39 grados en la calle del Doctor Esquerdo, frente al hospital. En el vestíbulo del centro la temperatura desciende cinco grados. Pero seguía haciendo calor. Poco después en las habitaciones de la tercera planta del Gregorio Marañón había 28 grados. Los familiares no paraban de abanicarse. Utilizaban periódicos, pañuelos y folletos promocionales. Daban pequeños sorbos a botellas de agua. Antonio otro paciente de la tercera planta cuenta que por las noches no duerme del calor que hace. "Es agobiante. Me voy al sillón y me abanico".

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Desde la Consejería de Sanidad insisten en que todos los hospitales de la región están climatizados, a pesar de que el PSOE los calificó ayer como "una sauna".

Un portavoz del Gregorio Marañón asegura que "todo el centro está climatizado". Y agrega: "Ponemos especial atención a las zonas destinados a los pacientes críticos y a las zonas de pacientes". Además, reconoce que las instalaciones están preparadas para soportar temperaturas de hasta 35 grados centígrados. "Podemos garantizar una temperatura adecuada hasta ese límite. Pero los cuatro o cinco días al año en que se superan esos grados es más complicado", indica. En las zonas comunes la temperatura sube. Las salas de espera permanecen vacías. Se está mejor en los pasillos o en las habitaciones. El portavoz explica que hay gente que abre las ventanas. "Entonces, se rompe el sistema de refrigeración", dice.

En el hospital universitario de La Princesa la situación no es muy diferente.

A las 14.45 el termómetro superaba los 42 grados centígrados en el exterior. En las habitaciones hacía menos calor. Pero el termómetro tampoco bajaba de 28 grados centígrados. Un responsable del hospital de La Princesa aseguró que todo el centro está climatizado. "Hace unos días tuvimos una avería, pero lo reparamos inmediatamente", reconoce.

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