El parque natural de L'Albufera cumple 20 años sometido a los vertidos y la escasez de agua

La tercera zona húmeda de España aún recibe aguas residuales por depurar

Más agua, y sobre todo de calidad. El parque natural de L'Albufera cumplió ayer dos décadas desde su declaración como zona protegida, un aniversario ensombrecido por la amenaza de la contaminación, la presión antrópica y especialmente la escasez de aportes suficientes de agua limpia. Ecologistas, expertos, vecinos del parque y el PSPV-PSOE reclaman a la Generalitat más inversión y esfuerzo en la conservación de la tercera zona húmeda de España. El consejero de Territorio y Vivienda, Esteban González Pons, por el contrario, asegura que la protección de L'Albufera "está garantizada".

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Más agua, y sobre todo de calidad. El parque natural de L'Albufera cumplió ayer dos décadas desde su declaración como zona protegida, un aniversario ensombrecido por la amenaza de la contaminación, la presión antrópica y especialmente la escasez de aportes suficientes de agua limpia. Ecologistas, expertos, vecinos del parque y el PSPV-PSOE reclaman a la Generalitat más inversión y esfuerzo en la conservación de la tercera zona húmeda de España. El consejero de Territorio y Vivienda, Esteban González Pons, por el contrario, asegura que la protección de L'Albufera "está garantizada".

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Con una extensión de 21.120 hectáreas, rodeado de 13 poblaciones y un millón de habitantes, el parque natural de L'Albufera -el tercer humedal tras Doñana y el Delta del Ebro- está ahora, 20 años después de que la Generalitat lo convirtiera en el primer espacio protegido de la comunidad autónoma, "muy lejos de su buen estado ecológico". Esta es la conclusión de un estudio de expertos entregado hace dos años a la Confederación Hidrográfica del Júcar. El informe recuerda el "enorme volumen de sobrantes" de agua del Júcar que alimentaban hasta los años setenta "un sistema natural de extraordinaria calidad, con aguas transparentes y una elevada biodiversidad", empobrecido en las últimas décadas por vertidos de aguas residuales urbanas, industriales y herbicidas que han marcado, entre otros problemas, la degradación del lago.

"Es una zona húmeda, necesita agua de calidad, y eso no se garantiza", critica la bióloga Maria Àngels Ull, miembro de la Fundació Amics del Parc Natural de L'Albufera, quien recuerda que aún no están en marcha depuradoras básicas para frenar la contaminación aprobadas en un convenio entre el Gobierno y la Generalitat en 1994 -como es el caso de la de Alzira-Carcaixent-. A la falta de calidad se suma la escasez de agua, ya que los aportes del Júcar, la principal arteria para su supervivencia, no han dejado de reducirse por la presión agrícola y urbana sobre el río.

La calidad y cantidad del agua es "el principal problema" del parque, opina también William Colom, de Acció Ecologista-Agró. La organización ecologista considera que supone otra gran amenaza para el parque el propio Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), aprobado en 2004 por el Consell y que a su juicio rebaja la protección y favorece la presión urbanística al permitir construir en puntos concretos. "Faltan inversiones", añade Colom.

El Consell rechaza estos reproches y destaca que invierte este año 4,45 millones de euros en el parque, el doble que el año pasado. El consejero, además, considera el PRUG un "gran avance" que mejora las medidas de conservación y protección, e "implanta estrategias de desarrollo sostenible". El plan es "la mayor garantía para la protección de este humedal", insiste González Pons. El director del parque, José Segarra, incide en que la calidad del agua ha mejorado con la apertura de las depuradoras de Albufera Sur, Pinedo y Albalat-Algemesí.

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Un progreso insuficiente y tardío, sostiene el secretario de Medio Ambiente del PSPV-PSOE, Francesc Signes. "La continuidad de los vertidos contaminantes es lo que ha conducido a la situación de deterioro que hoy tiene", reprocha Signes a la Generalitat.

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