Los límites a la intimidad

El debate acerca de las consecuencias de la retención de datos sobre la intimidad de los internautas dio ayer una nueva vuelta de tuerca. Las compañías ya utilizan distintas tecnologías para escanear correos en busca de virus o spam [correo basura]. La cuestión es si buscar imágenes en los correos privados puede atentar contra la intimidad.

El uso de tecnologías para la identificación de documentos o imágenes no es nueva. Una de las más conocidas es la llamada función hash que, mediante cálculos matemáticos, genera un identificador universal para cualquier ar...

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El debate acerca de las consecuencias de la retención de datos sobre la intimidad de los internautas dio ayer una nueva vuelta de tuerca. Las compañías ya utilizan distintas tecnologías para escanear correos en busca de virus o spam [correo basura]. La cuestión es si buscar imágenes en los correos privados puede atentar contra la intimidad.

El uso de tecnologías para la identificación de documentos o imágenes no es nueva. Una de las más conocidas es la llamada función hash que, mediante cálculos matemáticos, genera un identificador universal para cualquier archivo informático. En España, la Guardia Civil emplea el buscador Híspalis, que utiliza esta técnica para localizar, identificar y seguir el rastro a las imágenes de pornografía infantil que circulan por la Red.

Los foros de páginas relacionadas con los derechos electrónicos discutían ayer la eficacia, y la justicia, de esta técnica. La revista electrónica News.com citaba a Seth Schoen, técnico de la Fundación de Fronteras Electrónicas, que explicaba que las imágenes pueden alterarse mínimamente, cambiando así el identificador. Además, se mostraba preocupado porque contenidos legales podrían acabar formando parte de esta lista negra.

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