Irán dejará volver a los inspectores si la ONU olvida las sanciones

Irán anunció ayer su disposición a someter el programa nuclear a inspecciones sorpresa por parte del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), a cambio de que el Consejo de Seguridad de la ONU abandone su caso. El gesto tiene escasas posibilidades de prosperar, ya que pretende obtener un beneficio (evitar el riesgo de sanciones del Consejo de Seguridad) a cambio de volver a una situación anterior. Teherán canceló las inspecciones reforzadas el pasado febrero.

"Si el caso regresa al OIEA de nuevo, reanudaremos la sección relativa al Protocolo Adicional", declaró el vicepres...

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Irán anunció ayer su disposición a someter el programa nuclear a inspecciones sorpresa por parte del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), a cambio de que el Consejo de Seguridad de la ONU abandone su caso. El gesto tiene escasas posibilidades de prosperar, ya que pretende obtener un beneficio (evitar el riesgo de sanciones del Consejo de Seguridad) a cambio de volver a una situación anterior. Teherán canceló las inspecciones reforzadas el pasado febrero.

"Si el caso regresa al OIEA de nuevo, reanudaremos la sección relativa al Protocolo Adicional", declaró el vicepresidente de la Organización de la Energía Atómica de Irán, Mohamed Saidi. Los responsables iraníes ya presentaron esa misma oferta al director del OIEA, Mohamed el Baradei, en vísperas de su último informe sobre Irán.

El Protocolo Adicional establece inspecciones reforzadas (más incisivas y sin previo aviso) como una garantía más al cumplimiento del Tratado de No Proliferación (TNP). Irán, que ha firmado dicho protocolo pero aún no lo ha ratificado, venía adhiriéndose a él de forma voluntaria, para reducir las sospechas de que su programa tiene objetivos militares. Hasta febrero.

Amenaza de sanciones

Entonces, el Gobierno iraní optó por reanudar sus actividades nucleares, desatando la actual crisis. EE UU, apoyado por la mayoría de los miembros de la junta de gobernadores del OIEA, logró que ese organismo de la ONU remitiera el dossier iraní al Consejo de Seguridad, con la intención de frenar su programa atómico. Sin embargo, los recelos de Rusia y China evitaron que esa instancia dictara una resolución y la advertencia quedó en una declaración presidencial, sin carácter de obligado cumplimiento.

La persistencia de Irán en enriquecer uranio para obtener combustible nuclear, un paso que anunció el pasado día 11, constituye un desafío al Consejo de Seguridad de la ONU. Varios de sus miembros, con EE UU a la cabeza, tratan ahora de introducir una resolución que dé fuerza legal a sus exigencias, incluida la amenaza de sanciones en caso de incumplimiento. Las declaraciones del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, dejan poco espacio para pensar que el régimen iraní va a cambiar de idea ante esa posibilidad.

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"La República Islámica de Irán no negociará con nadie su derecho absoluto a utilizar la tecnología nuclear civil. Es nuestra línea roja y jamás renunciaremos a ella", reiteró ayer Ahmadineyad. Para reforzar sus palabras, Saidi manifestó también que sus científicos planean utilizar centrifugadoras más perfeccionadas que las que empleaban hasta ahora. Dichos aparatos, utilizados en cascadas de cientos o miles, enriquecen el uranio hasta un grado suficiente para convertirlo en combustible nuclear (3,5% a 5%) o material fisible (por encima del 85%).

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