El nuevo canal

Martín Torrijos expande el sueño de su padre

La obra que plantea desarrollar el presidente Martín Torrijos Espino parece querer igualar en trascendencia para la historia de Panamá a lo que logró su padre, Omar Torrijos Herrera, cuando en 1977 consiguió que el presidente estadounidense Jimmy Carter se comprometiera a devolver la propiedad del canal, lo que finalmente se concretó el 31 de diciembre de 1999. Torrijos Herrera nunca llegó a presenciar la devolución, puesto que murió en julio de 1981 en un accidente aéreo.

La "lucha" del general Torrijos por la recuperación de la soberanía sobre el paso marítimo desde su llegada al pode...

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La obra que plantea desarrollar el presidente Martín Torrijos Espino parece querer igualar en trascendencia para la historia de Panamá a lo que logró su padre, Omar Torrijos Herrera, cuando en 1977 consiguió que el presidente estadounidense Jimmy Carter se comprometiera a devolver la propiedad del canal, lo que finalmente se concretó el 31 de diciembre de 1999. Torrijos Herrera nunca llegó a presenciar la devolución, puesto que murió en julio de 1981 en un accidente aéreo.

La "lucha" del general Torrijos por la recuperación de la soberanía sobre el paso marítimo desde su llegada al poder en 1968, tras derrocar al presidente Arnulfo Arias Madrid, le valió la admiración de muchos nacionalistas latinoamericanos y, en especial, de otros dictadores militares de izquierda contemporáneos, como el general peruano Juan Velasco Alvarado o el ecuatoriano Guillermo Rodríguez Lara.

El actual presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en un larga entrevista que le hizo la socióloga chilena Marta Harnecker en 2002, recuerda que siendo cadete en la Academia Militar venezolana tuvo de compañero a uno de los hijos de Torrijos y a otros jóvenes militares panameños. En la entrevista confiesa que, tras hablar con ellos y saber del trabajo del general, se hizo "torrijista".

Chávez seguramente escuchó por entonces una famosa anécdota que relata que Torrijos Herrera, siendo adolescente, intentó comerse un mango de la zona del canal y que un soldado estadounidense no se lo permitió porque aquello era propiedad de EE UU. La historia, que además de resultar inverosímil para muchos historiadores, jamás se confirmó, alimentó durante décadas más de una fogata del nacionalismo militar latinoamericano de izquierdas.

Los tratados Torrijos-Carter, que sellaron la transferencia progresiva de una soberanía que EE UU ostentaba desde 1903, fueron el mayor logro del régimen torrijista, por un lado admirado porque buscó la "justicia social", pero por otro denostado porque dejó en el camino un buen número de opositores políticos torturados y desaparecidos.

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