Cataluña registró una ocupación hotelera del 90% durante la Semana Santa

La Generalitat augura un aumento del número de visitantes alemanes para el verano

El sector turístico mira con optimismo la temporada estival después de una Semana Santa récord: los establecimientos hoteleros rozaron una ocupación histórica del 90%, de acuerdo con los datos oficiales que la Generalitat difundió ayer. Esta cifra, que supuso prácticamente un lleno, se alcanzó durante los días festivos: entre el Viernes Santo y el Lunes de Pascua (del 14 al 17 de abril). Barcelona encabezó una vez más las preferencias de los turistas y sus hoteles registraron una ocupación del 93,4%, lo cual supone un incremento de cinco puntos respecto a 2005.

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El sector turístico mira con optimismo la temporada estival después de una Semana Santa récord: los establecimientos hoteleros rozaron una ocupación histórica del 90%, de acuerdo con los datos oficiales que la Generalitat difundió ayer. Esta cifra, que supuso prácticamente un lleno, se alcanzó durante los días festivos: entre el Viernes Santo y el Lunes de Pascua (del 14 al 17 de abril). Barcelona encabezó una vez más las preferencias de los turistas y sus hoteles registraron una ocupación del 93,4%, lo cual supone un incremento de cinco puntos respecto a 2005.

"Han sido unos resultados excelentes y, además, con una distribución muy equilibrada en el territorio", señaló ayer conferencia de prensa el consejero de Comercio, Turismo y Consumo, el republicano Josep Huguet. Tras la capital, el litoral consiguió los datos más espectaculares: la Costa Dorada, la costa del Maresme y las comarcas del Ebro, las tres con el 89,7% de las plazas cubiertas. Los datos son menos espectaculares si se contabiliza la ocupación entre el 10 y el 17 de abril, incluyendo los días no festivos; en este caso, los hoteles se situaron en un promedio del 71%.

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Sólo 2 de las 10 marcas en las que la Generalitat divide el territorio catalán obtuvieron un resultado peor que el de 2005. Se trata de dos ofertas de alta montaña: los Pirineos y, sobre todo, la Val d'Aran, que esta Semana Santa ha perdido el 15% de ocupación hotelera.

Pero la gloria no se la llevaron sólo los hoteles. De hecho, el turismo rural se convirtió, como viene siendo habitual, en la oferta predilecta de los visitantes durante la primavera. Las masías y casas rurales catalanas alcanzaron el 96% de ocupación, un porcentaje que, en el caso de las comarcas de la Cataluña central, se elevó hasta el 98,7%.

Encuesta "de urgencia"

Los datos se han obtenido a partir de una encuesta "de urgencia" elaborada en 48 horas por el Observatorio de Turismo de Cataluña, sobre una muestra de un millar de hoteles y otros establecimientos turísticos. Por primera vez, se incluyen los datos relativos a cámpings y apartamentos turísticos, que presentan unas cifras más modestas, pero mejores que las de 2005.

Favorecidos por el clima y el calendario -el año pasado, los días festivos llegaron antes, a finales de marzo-, los cámpings lograron una ocupación del 62,8%, casi 24 puntos más que la temporada anterior. Los apartamentos turísticos se quedaron en el 60%, aunque en las comarcas de Lleida, y durante los días festivos, alcanzaron el pleno: 100% de ocupación.

Huguet encontró tres argumentos para explicar la exitosa campaña de Semana Santa: el buen tiempo, la diversidad de la oferta y la tendencia de los visitantes a distribuir sus vacaciones a lo largo de todo el año. Por los mismos motivos, el consejero auguró una campaña de verano "muy buena". En concreto, anunció que espera un "repunte" del número de turistas alemanes que visitan Cataluña, y que en los últimos años había experimentado un leve descenso.

La razón para creer en una nueva oleada de visitantes germanos está en la "inestabilidad" del área del Próximo Oriente, que debilita destinos en auge como Turquía, Israel o Egipto. Estos países representan una competencia directa para el sector turístico catalán. "Debemos aprovechar la coyuntura de este año para hacerlo bien y fidelizar a los turistas". En este sentido, Huguet pidió a los operadores privados y al sector de la restauración que "contenga los precios".

Un grupo de visitantes recorre Barcelona en el autobús turístico.JOAN SÁNCHEZ

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