Entrevista:ANAND SHARMA | Ministro de Asuntos Exteriores en funciones de India

"La alianza entre EE UU e India es buena para el mundo"

Conforme avanza el siglo XXI, India reafirma su voluntad de ser una de las potencias del futuro. La economía marcha a buen ritmo, la nueva clase media emergente disfruta con su capacidad de trabajo y de su acceso al consumo, y el Gobierno de Nueva Delhi da un giro de 180 grados a su política exterior para ajustarla a lo que se denomina la realidad india. En este ajuste se enmarca el reciente acuerdo de cooperación nuclear alcanzado durante la visita del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a la mayor democracia del planeta -como a India le gusta calificarse-, y que convierte a ...

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Conforme avanza el siglo XXI, India reafirma su voluntad de ser una de las potencias del futuro. La economía marcha a buen ritmo, la nueva clase media emergente disfruta con su capacidad de trabajo y de su acceso al consumo, y el Gobierno de Nueva Delhi da un giro de 180 grados a su política exterior para ajustarla a lo que se denomina la realidad india. En este ajuste se enmarca el reciente acuerdo de cooperación nuclear alcanzado durante la visita del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a la mayor democracia del planeta -como a India le gusta calificarse-, y que convierte a ambos países en socios estratégicos.

Anand Sharma, de 52 años, ministro en funciones de Asuntos Exteriores, sostiene en una entrevista con EL PAÍS que "la alianza India-EE UU es buena para el mundo", y asegura que se ha logrado sin merma de las relaciones de Nueva Delhi con los demás países. Sharma, desempeña la cartera desde noviembre, cuando el jefe de la diplomacia Natwar Singh se vio involucrado en el escándalo del programa iraquí de la ONU Petróleo por Alimentos, al aparecer su nombre en el informe de Paul Volker. En medios periodísticos se asegura que con la caída de Singh, de 75 años, el ala reformista del gobernante Partido del Congreso "se ha liberado de un obstáculo" en las relaciones con Washington.

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"El mundo evoluciona y la política exterior de un país debe de adaptarse a los tiempos que corren y no puede congelarse en un momento determinado", asegura Sharma, para quien la diplomacia india es "pragmática, realista e independiente". Tacha de "especulación errónea" las pretensiones de ciertos neoconservadores estadounidenses de que la alianza entre India y EE UU sirva para frenar la emergencia de China, país que esa corriente política ve como el rival que podría disputar a Washington su posición de hiperpotencia única.

"Se trata de un pacto bilateral, transparente, sin intereses ocultos. La alianza estratégica India-EE UU es buena para el mundo porque construye confianza", señala, y añade: "Sería una desgracia para la comunidad internacional que las dos mayores democracias no se entendieran". Según Sharma, el pacto se ha logrado sin merma de las "buenas relaciones" de India con otros países, entre los que destaca Rusia, Francia, Reino Unido y la Unión Europea.

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Pero todo apunta a que Irán será la principal moneda de cambio del acuerdo nuclear entre India y EE UU. "Los países deben cumplir sus compromisos internacionales", asegura Sharma como único gesto de desaprobación al régimen de los ayatolás, firmantes del Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear, cuyas obligaciones ahora incumplen, y con el que Nueva Delhi mantiene estrechas relaciones. India, que nunca firmó el TNP y probó su primera bomba atómica en 1988, presume de no haber transferido jamás tecnología nuclear a otros países y destaca que, para facilitar el acuerdo con Washington, ha destinado voluntariamente el 65% de sus instalaciones nucleares a estricto uso civil.

En cuanto a la guerra contra el terrorismo que abandera Bush y que se ha ganado la animosidad de gran parte del mundo islámico, Sharma le brinda su más firme apoyo aunque subraya que India "no liga el terrorismo a ninguna comunidad religiosa". De los 1.100 millones de habitantes del país, 150 millones confiesan la fe de Mahoma, lo que convierte a India en la segunda comunidad musulmana del mundo tras Indonesia.

Asimismo, el ministro aplaude la permanencia en Afganistán de las tropas internacionales que derrotaron al "régimen brutal e inaceptable" de los talibanes. India, con intereses históricos en Afganistán, le dedica su mayor ayuda exterior, 430 millones de euros, pero no tiene tropas porque no serían bien recibidas. Al preguntarle si cree que Pakistán cumple su compromiso de luchar contra Al Qaeda y los restos del régimen talibán, responde: "¿Dónde están los líderes de Al Qaeda? ¿Y los talibanes? Si Pakistán quiere limpiar su imagen, debe convencer al mundo de que toma medidas efectivas contra ellos".

Pese a ello, el ministro se muestra conciliatorio con su vecino -con el que ha librado tres guerras desde la independencia de ambos en 1947-, y dice que hay avances considerables en el proceso de paz de la región de Cachemira. Tras la tensión que en 2002 colocó en máxima alerta a más de un millón de soldados en la frontera común, las potencias nucleares disfrutan de una relajación que ha permitido la apertura de diversos pasos fronterizos y la entrada en servicio de un autobús y un tren entre determinadas ciudades.

Sharma resaltó el camino andado en las relaciones con China desde la guerra de 1962 en el noreste de India. Con dos modelos políticos, ideológicos y de desarrollo totalmente diferentes, los dos gigantes asiáticos han visto cómo en los últimos cinco años se multiplicaba su comercio bilateral y los contactos empresariales, energéticos, culturales y políticos, al tiempo que se progresa en las negociaciones para el trazado definitivo de las fronteras.

Como en un ejercicio de acrobacia, la bailarina india se ha quitado el vestido sobrio de la amistad soviética y el Movimiento de No Alineados y luce uno autóctono con el que encandila al otrora distante EE UU, mientras se deja cortejar por vecinos, amigos y antiguos rivales. El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero tiene previsto visitar oficialmente India en julio.

Anand Sharma, en Nueva Delhi en 2004.SANJAY SEKHRI / THE TIMES OF INDIA

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