El Tribunal Superior ordena derribar la planta de purines de Santa Maria de Corcó

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha fallado a favor de los vecinos en el contencioso que éstos interpusieron contra la planta de tratamiento de purines de Santa Maria de Corcó (Osona). La sentencia anula las licencias y autorizaciones firmadas por el Ayuntamiento y la Comisión de Urbanismo de Barcelona que permitieron en 1998 a Sicogesa Explotación instalar este centro. El tribunal ordena la demolición la planta en dos meses.

La resolución se sustenta en que la planta no guarda la distancia mínima con los núcleos habitados. De acuerdo con la normativa de actividades fabriles...

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El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha fallado a favor de los vecinos en el contencioso que éstos interpusieron contra la planta de tratamiento de purines de Santa Maria de Corcó (Osona). La sentencia anula las licencias y autorizaciones firmadas por el Ayuntamiento y la Comisión de Urbanismo de Barcelona que permitieron en 1998 a Sicogesa Explotación instalar este centro. El tribunal ordena la demolición la planta en dos meses.

La resolución se sustenta en que la planta no guarda la distancia mínima con los núcleos habitados. De acuerdo con la normativa de actividades fabriles peligrosas o insalubres, la instalación tendría que estar a más de dos kilómetros de las casas. La planta de Santa Maria está a menos de esta distancia de Sant Martí Sescorts, Les Masies de Roda y Roda de Ter. Además, la finca, calificada como suelo no urbanizable, no tiene la superficie mínima para albergar una instalación de este tipo.

La desaparición de la planta puede acarrear importantes consecuencias económicas para el Ayuntamiento, que previsiblemente se verá obligado a indemnizar a la empresa propietaria en más de 12 millones de euros, equivalente al coste de construcción de la planta. También el sector ganadero puede verse alterado por la resolución, ya que la planta permitió la legalización de decenas de explotaciones, que obtuvieron sus permisos porque la planta se ocupaba del tratamiento de sus purines. Miquel Colom, abogado de los afectados, explica que el cierre de la planta podría afectar entre 130 y 150 granjas.

Este tipo de planta de cogeneración, que permite tratar purines y crear energía, fue una medida del Departamento de Medio Ambiente de los gobiernos de CiU para poner fin al excedente de deyecciones ganaderas y la contaminación por nitratos de los acuíferos. La implantación de decenas de estas instalaciones se quedó finalmente en tan sólo tres plantas por la polémica que las rodeaba. Otra de ellas se encuentra en la comarca de Osona, en Sant Hipòlit de Voltregà, y sobre ella pende un recurso. La tercera está en Les Garrigues.

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