Vivirlo

Veinte años y un día reza el nombre del último álbum de Andreu, Marmota y los suyos y dos décadas hace que la formación madrileña comenzó a caminar con una propuesta en la que, el oyente parecía transportado a un filme de John Ford. Pero, con el paso del tiempo, esa cualidad ha revelado no ser más que una anécdota, porque lo que La Frontera ha amasado con los años es una pila de canciones magistrales que beben del rock and roll más rabioso. Y eso es lo que resalta en el directo. Javier Andreu es un frontman con talento y vozarrón. Su socio, Tony, marca sabiamente el contra...

Veinte años y un día reza el nombre del último álbum de Andreu, Marmota y los suyos y dos décadas hace que la formación madrileña comenzó a caminar con una propuesta en la que, el oyente parecía transportado a un filme de John Ford. Pero, con el paso del tiempo, esa cualidad ha revelado no ser más que una anécdota, porque lo que La Frontera ha amasado con los años es una pila de canciones magistrales que beben del rock and roll más rabioso. Y eso es lo que resalta en el directo. Javier Andreu es un frontman con talento y vozarrón. Su socio, Tony, marca sabiamente el contrapunto rítmico. Los músicos que han escogido para absorber sangre nueva son tres de los cinco componentes de los hermanos en estilo Garage Jack, toda una garantía de respaldo guitarrero. En cuanto al violín, muestra sabiduría en arreglos de country punk a velocidad endiablada. La sala llena, humo y whisky y el grupo haciendo sonar Diez minutos de pasión, Mi dulce tentación, Cielo del Sur o Judas el miserable. Canciones compuestas antes de la era light. Un mundo que ha dado paso a otro completamente distinto, pero que seguirá existiendo mientras haya gente que lo viva.