Cunillé y Ripoll inauguran la sala Francisco Nieva
Lluïsa Cunillé y Laila Ripoll son dos profesionales que en la última década han desembarcado en el mundo de la escena con una fuerza inusual. Por primera vez se han unido en un proyecto teatral producido por el Centro Dramático Nacional: Barcelona, mapa de sombras, con el que mañana se inaugurará la sala Francisco Nieva, del recién estrenado Teatro Valle-Inclán, de Madrid. En el reparto intervienen María José Alfonso, Montserrat Carulla, Walter Vidarte, Nicolás Dueñas, Roberto Enríquez y Marina Szerezevsky.
Coincidiendo con el estreno también se abrirá en el mismo local la exposi...
Lluïsa Cunillé y Laila Ripoll son dos profesionales que en la última década han desembarcado en el mundo de la escena con una fuerza inusual. Por primera vez se han unido en un proyecto teatral producido por el Centro Dramático Nacional: Barcelona, mapa de sombras, con el que mañana se inaugurará la sala Francisco Nieva, del recién estrenado Teatro Valle-Inclán, de Madrid. En el reparto intervienen María José Alfonso, Montserrat Carulla, Walter Vidarte, Nicolás Dueñas, Roberto Enríquez y Marina Szerezevsky.
Coincidiendo con el estreno también se abrirá en el mismo local la exposición Francisco Nieva: el teatro de los sueños, en la que se podrán ver bocetos, figurines, trajes y decorados del dramaturgo y escenógrafo, que han sido cedidos por el Museo Nacional del Teatro, cuyo director, Andrés Peláez, es comisario de la muestra.
Cunillé, nacida en Badalona (Barcelona), de 44 años, ha estrenado numerosas obras teatrales tanto en catalán como en castellano, muchas de ellas poseedoras de premios, como es el caso de Barcelona, mapa de sombras, por la que recibió el Premio Ciudad de Barcelona de las Artes Escénicas (2004).
Ripoll es una madrileña de 41 años licenciada de la Escuela de Arte Dramático y además ha estudiado pedagogía teatral e interiorismo. Hace 15 años fundó, con otros compañeros, la compañía Micomicón, en la que trabaja como actriz, directora, autora, figurinista, escenógrafa e iluminadora.
"Estamos ante un texto enorme, lleno de secretos que no paramos de descubrir cada día..., estamos ante un puzzle que nosotros tenemos que desentrañar", dice Ripoll de esta pieza que cuenta historias de un piso con realquilados del barrio del Ensanche barcelonés que se ven obligados a irse de la casa unos días ya que uno de los que viven en ella tiene una enfermedad terminal y quiere morir en soledad.
Según los actores, la obra habla de infidelidades y traiciones al tiempo que es íntima e inteligente. "Además, está llena de recovecos en los que te encuentras verdaderas sorpresas", dice Ripoll. Tanto ella como todos los actores destacaron la belleza de la pequeña sala Francisco Nieva, con 150 butacas que forman un cuadrado alrededor del escenario, disposición que ha sido especialmente aprovechada por los escenógrafos de este montaje, Juan Sanz y Miguel Ángel Coso.
La obra responde a la política del CDN de apoyar la autoría española contemporánea.