La representación de las mujeres en los consejos de las cajas valencianas sólo alcanza el 14,8%

Las cajas valencianas son muy poco femeninas. Y, por tanto, el poder financiero valenciano también está, de forma abrumadora, en manos de los hombres. Así lo demuestra la composición de los consejos de administración de las tres cajas de ahorro más importantes de la Comunidad Valenciana en las que, en ningún caso, la representación femenina alcanza más del 20%. De esta manera, la media entre los tres consejos arroja un índice del 14,8% en lo que a mujeres se refiere, con lo que el poder masculino llega al 85,2%.

Los tres presidentes son hombres y sólo una mujer ocupa una de las múltiple...

Las cajas valencianas son muy poco femeninas. Y, por tanto, el poder financiero valenciano también está, de forma abrumadora, en manos de los hombres. Así lo demuestra la composición de los consejos de administración de las tres cajas de ahorro más importantes de la Comunidad Valenciana en las que, en ningún caso, la representación femenina alcanza más del 20%. De esta manera, la media entre los tres consejos arroja un índice del 14,8% en lo que a mujeres se refiere, con lo que el poder masculino llega al 85,2%.

Los tres presidentes son hombres y sólo una mujer ocupa una de las múltiples vicepresidencias de las entidades de ahorro. El consejo de administración de Bancaixa está formado por 20 personas con voz y voto, de las que sólo tres son mujeres, lo que supone una representación del 15%. Si se tiene en cuenta que existen otros cuatro vocales con voz pero sin voto, todos ellos varones, el índice decrece hasta el 12,5%. En la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), el consejo de administración está formado también por 20 miembros, de los cuales cuatro son mujeres. La proporción es, por tanto, del 20%. Mientras, en Caixa Ontinyent, la menor de las tres cajas valencianas, sólo dos de los 14 miembros del consejo son mujeres, es decir el 14,3%.

Pese a que Bancaixa es la entidad que menor representación femenina posee, es la única en la que una mujer ocupa un cargo de relevancia como es la vicepresidencia tercera. Por el contrario, ninguno de los máximos responsables de la caja que preside Vicente Sala es mujer aunque, fuera de este organigrama, dentro del comité de dirección de la caja alicantina, una mujer ocupa el cargo de directora general adjunta. En Ontinyent, ninguno de los máximos responsables de la caja es mujer.

La paridad, o su búsqueda, es uno de los conceptos que en los últimos años se ha introducido en el discurso socioeconómico. La realidad va por detrás de la voluntad, tal como demuestran los datos. Distintas iniciativas, en cualquier caso, avanzan en una línea todavía discontinua. Así, por ejemplo, en Noruega una ley que acaba de entrar en vigor arrastra a las empresas privadas que coticen en bolsa a tener un 40% de mujeres en sus consejos de administración. Mucho menos contundente, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) recoge en su informe sobre el buen gobierno de las empresas, hecho público a mediados del pasado mes de enero, la petición a las compañías cotizadas de que incorporen mujeres en sus consejos para que estos reflejen "la diversidad de conocimientos, género y experiencia precisas para desempeñar sus funciones". Estas recomendaciones no afectan a las cajas ya que, por su naturaleza jurídica, son entidades que no cotizan en bolsa. Sin embargo, las cajas de ahorros sí aparecen como accionistas de algunas empresas que cotizan en el parqué.

Las cajas rurales no son una excepción. En ellas, los órganos de dirección se eligen entre los socios. En Ruralcaja, la mayor de las 36 cajas rurales valencianas, no hay ninguna mujer entre los 15 miembros de su consejo. En Caja Rural Castellón, el porcentaje de representatividad se asemeja más al de las cajas de ahorro ya que, de 14 consejeros, dos son mujeres.