Un enfermero que mató a 29 pacientes en EE UU podrá donar un riñón

Charles Cullen, de 45 años, un ex enfermero que lleva en prisión dos años por matar a 29 pacientes, ha recibido permiso del fiscal general de Nueva York, Peter C. Harvey, para que done un riñón. La única condición es que la intervención quirúrgica deberá realizarse después del 5 de enero, fecha en que está previsto que el tribunal pronuncie en firme la sentencia.

Cullen puede ser condenado a cadena perpetua, aunque eludió la pena de muerte al confesarse culpable e identificar a todas sus víctimas. Fue encarcelado por inyectar intencionalmente dosis letales de fármacos a pacientes de var...

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Charles Cullen, de 45 años, un ex enfermero que lleva en prisión dos años por matar a 29 pacientes, ha recibido permiso del fiscal general de Nueva York, Peter C. Harvey, para que done un riñón. La única condición es que la intervención quirúrgica deberá realizarse después del 5 de enero, fecha en que está previsto que el tribunal pronuncie en firme la sentencia.

Cullen puede ser condenado a cadena perpetua, aunque eludió la pena de muerte al confesarse culpable e identificar a todas sus víctimas. Fue encarcelado por inyectar intencionalmente dosis letales de fármacos a pacientes de varios hospitales y a otros que atendió en casa en dos Estados, durante una carrera profesional de 16 años. Al principio del proceso, calculó que el número de víctimas podía llegar a 40, aunque posteriormente se concretó en 29.

El ex enfermero ha sido considerado por las autoridades como compatible con un posible receptor del riñón y también como sincero en su intención de prestar ese servicio.

La petición de Cullen de donar el órgano fue recibida con protestas por familiares de las víctimas a principios de mes, tras comunicar el reo que no deseaba asistir a la sentencia y afrontar la presencia de las familias, pero que aceptaría si las autoridades permitían el trasplante de riñón. Algunos familiares y autoridades calificaron esa actitud como chantaje.

De ahí que el fiscal general decidiera: "Cullen no tendrá intervención quirúrgica antes de la sentencia. Nos hemos centrado en las víctimas y en los sentimientos de sus familias que están indignadas y aún de luto. Ellos quieren que el tribunal y Cullen sepan cómo se sienten de heridos". Ciertos familiares pusieron en cuestión las intenciones de Cullen, aduciendo que trataba de llamar la atención y de obstaculizar la sentencia. Pero el Fiscal General, tras entrevistarse con Cullen, dijo que el ofrecimiento de éste no era "un truco publicitario".

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