El sida se dispara y ya afecta a más de 40 millones de personas en el mundo

Onusida calcula que 570.000 niños morirán este año por culpa de la infección

La epidemia del sida continúa su expansión con cinco millones de nuevos casos este año. Al acabar 2005, alrededor de 40,3 millones de personas vivirán con el VIH (el virus que causa la enfermedad), según expuso ayer Onusida. De ellos, casi la mitad serán mujeres, y 2,3 millones tendrán menos de 15 años. La cifra de muertos superará los tres millones, de los que 570.000 serán niños. Pero no todo es negativo. "Hay sobrados datos que muestran que el VIH cede ante una intervención decidida y concertada", dice el informe, y cita como ejemplo la región del Caribe, donde las tasas se estabilizan.
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La epidemia del sida continúa su expansión con cinco millones de nuevos casos este año. Al acabar 2005, alrededor de 40,3 millones de personas vivirán con el VIH (el virus que causa la enfermedad), según expuso ayer Onusida. De ellos, casi la mitad serán mujeres, y 2,3 millones tendrán menos de 15 años. La cifra de muertos superará los tres millones, de los que 570.000 serán niños. Pero no todo es negativo. "Hay sobrados datos que muestran que el VIH cede ante una intervención decidida y concertada", dice el informe, y cita como ejemplo la región del Caribe, donde las tasas se estabilizan.

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"No se puede hablar de una única epidemia de sida. Cada región y cada país tiene sus características", afirmó Luiz Loures, director general de Iniciativas Globales de Onusida, la agencia de la ONU para combatir la enfermedad. El grueso de la epidemia lo soporta el África subsahariana, donde vive el 64% de los infectados.

Pero el sureste asiático, Europa oriental y Asia central y Latinoamérica pueden actuar como "polvorines" donde el virus encuentre un caldo de cultivo ideal para prosperar, advierte Onusida. En dos años, el número de personas que viven con VIH/sida ha aumentado un 26% en Asia oriental (una de las regiones en las que tiene Onusida dividido el planeta); un 33% en Europa oriental y Asia central; un 14% en Asia meridional y suroriental y un 13% en América Latina.

En estos países la combinación de prostitución (una situación de vulnerabilidad que dificulta muchas veces usar preservativo) y consumo de drogas con jeringuillas compartidas pueden actuar como el combustible que necesita la epidemia para propagarse.

Reducción de daños

La situación es especialmente peligrosa en países asiáticos donde las políticas antidroga o contra la prostitución son tan represivas que impiden que se adopten políticas de reducción de daños, como reparto de jeringuillas o condones, advierte Onusida.

En América Latina, aparte de esas condiciones se añade la situación de los hombres que tienen sexo sin protección con otros hombres. Estas personas también suponen una población vulnerable, ya que en muchos casos son perseguidos o por lo menos ignorados por los programas de prevención debido a los prejuicios machistas, indica Onusida.

Pero la infección no es exclusiva de países con menos desarrollo. Tampoco los países donde teóricamente hay mejores sistemas sanitarios, como Europa occidental y América del Norte, han conseguido frenar la expansión de la epidemia. "El problema en esos países no es que no existan planes, sino si llegan a todos", advierte Loures. Por ejemplo, en estos Estados los inmigrantes sufren más la enfermedad, no porque la hayan importado, sino porque al verse obligados a vivir en la marginalidad tienen un menor acceso a los servicios sanitarios, dijo Loures. Otros grupos, como las mujeres (el 47% de los infectados) o los jóvenes, también corren peligro.

En España, con datos provisionales, la secretaria del Plan Nacional contra el Sida, Lourdes Chamorro, vaticinó que el año se cerrará con un descenso en el número de casos de sida (las personas con la infección de VIH que enferman), que se quedará alrededor de 2.000. Cada año unas 3.300 personas se infectan y 1.700 fallecen. En total, en España viven entre 120.000 y 150.000 personas con el VIH, de las que 75.000 reciben tratamiento (la salud del resto no se ha deteriorado lo suficiente como para necesitar medicación), explicó la ministra de Sanidad, Elena Salgado.

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