Un juez de Chile procesa a 14 ex agentes por cuatro asesinatos

Un juez chileno procesó ayer a 14 ex agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI, organismo represivo de la dictadura) y ordenó detener a cinco de ellos por los secuestros y asesinatos de cuatro opositores en septiembre de 1986, después del frustrado atentado de un grupo guerrillero contra el ex dictador Augusto Pinochet.

A partir de la confesión de dos de los implicados, el magistrado Hugo Dolmetsch determinó que los cuatro crímenes fueron cometidos como "represalia" a la muerte de cinco escoltas de Pinochet en el atentado en su contra que realizó el Frente Patriótico Manuel R...

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Un juez chileno procesó ayer a 14 ex agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI, organismo represivo de la dictadura) y ordenó detener a cinco de ellos por los secuestros y asesinatos de cuatro opositores en septiembre de 1986, después del frustrado atentado de un grupo guerrillero contra el ex dictador Augusto Pinochet.

A partir de la confesión de dos de los implicados, el magistrado Hugo Dolmetsch determinó que los cuatro crímenes fueron cometidos como "represalia" a la muerte de cinco escoltas de Pinochet en el atentado en su contra que realizó el Frente Patriótico Manuel Rodríguez. La CNI organizó una operación nocturna en el domicilio de los opositores. Algunos, como el actual presidente Ricardo Lagos, que fueron detenidos por la policía y no por la CNI, sobrevivieron.

"Alterado" después del atentado, el hoy fallecido jefe de la CNI, general Humberto Gordon, ordenó a los jefes operativos del organismo "salir y vengar a los cinco escoltas fallecidos (...) en una proporción de dos a uno en relación con las víctimas", describe el juez Dolmetsch. La orden, digitada en una reunión del jefe de la Armada y número dos en la Junta Militar, José Toribio Merino, con Gordon, fue cumplida en las dos noches siguientes.

Los agentes detuvieron en sus domicilios, antes de asesinarles, al periodista José Carrasco, al profesor Gastón Vidaurrázaga, al publicista Abraham Muskablit y al electricista Felipe Rivera. También fueron a buscar a un abogado defensor de derechos humanos, pero sus gritos evitaron la detención. Dos de las víctimas eran militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y las otras dos, comunistas. Los asesinatos, que desde el comienzo se interpretaron como venganza, provocaron gran repercusión internacional.

Un ministro de la dictadura, Francisco Javier Cuadra, ahora rector de una universidad, atribuyó entonces los homicidios a "procedimientos típicos de pugnas entre grupos marxistas". Hace dos días dijo haber presentido que podía ser una venganza.

Ejecutar órdenes

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Los querellantes pidieron al juez citar a declarar a Cuadra y al ex ministro del Interior de aquella época, Ricardo García. Un abogado de los ex agentes dijo que ellos ejecutaron órdenes superiores. Ignacio Vidaurrázaga, hermano de una de las víctimas, declaró ayer que "el hilo se ha cortado por lo más delgado" y pidió que sean juzgados los autores intelectuales.

Ricardo Lagos recordó ayer que estaba con su esposa, Luisa Durán, cuando fue detenido. "Era un poco incómodo porque había seis metralletas que me apuntaban a la cama, yo estaba ahí con Luisa y me decían 'no se preocupe señor, somos de Investigaciones, somos gente profesional". Un decreto del estado de sitio ordenó su detención. El diario oficial del Gobierno de aquella época informó de que Carrasco estaba entre los detenidos, pero en realidad había sido asesinado. Los agentes cumplieron la orden de matar, pero no alcanzaron el objetivo de "dos por uno".

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