Wall Street resta importancia a la jugada financiera de Hugo Chávez

La decisión de Venezuela de cambiar parte de sus reservas en dólares por euros -aunque pueda ser controvertida políticamente- importó poco a Wall Street, porque refleja una tendencia generalizada de los bancos centrales hacia la diversificación de sus reservas de divisas en detrimento del dólar. "Unos países prefieren hacer el cambio en voz baja, como pasó con China, y a otros les interesa hacerla notar", indican, "pero este evento no es ni negativo ni positivo". Ayer, la cotización del euro se mantuvo estable en los 1,19 dólares.

La puesta en circulación de las monedas y billetes denom...

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La decisión de Venezuela de cambiar parte de sus reservas en dólares por euros -aunque pueda ser controvertida políticamente- importó poco a Wall Street, porque refleja una tendencia generalizada de los bancos centrales hacia la diversificación de sus reservas de divisas en detrimento del dólar. "Unos países prefieren hacer el cambio en voz baja, como pasó con China, y a otros les interesa hacerla notar", indican, "pero este evento no es ni negativo ni positivo". Ayer, la cotización del euro se mantuvo estable en los 1,19 dólares.

La puesta en circulación de las monedas y billetes denominados en euros dieron visibilidad y credibilidad a la divisa europea. Desde entonces, el euro ha ido comiéndole terreno al dólar en las carteras de los bancos centrales. Un proceso de diversificación que se vio acelerado el año pasado por la debilidad de la moneda estadounidense y la degradación del déficit fiscal y exterior de EE UU.

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Los últimos informes del FMI ya se hacen eco de ello, a pesar de ser un sector muy opaco. China, Rusia o Corea del Sur se encuentran entre los países más activos. También hay países productores de petróleo, como Arabia Saudí, lo que según los analistas "muestra que los ingresos del crudo ya no se reciclan sólo en dólares".

A pesar de estos cambios, el dólar sigue siendo la divisa de mayor peso y de referencia mundial, como muestran las tablas del FMI, donde se refleja una caída de la proporción de dólares del 71% en 2001 al 66% en 2004. El euro, por su parte, representa el 25% del total de las reservas. Y el yen japonés cayó al 4%. Los expertos advierten, sin embargo, de que una gran fortaleza del euro, motivada en parte por el proceso de diversificación de las reservas de divisas, puede ser problemático para Europa desde el punto de vista del comercio internacional. La moneda europea llegó a cotizar a final de 2004 por encima de los 1,36 dólares, muy por encima de los 1,10 dólares que se considera ideal en Bruselas, París o Berlín.

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