Lula asegura que no dimitirá a pesar de los escándalos de corrupción en su Gobierno

El presidente brasileño dice que aún no ha decidido si se presentará a las elecciones de 2006

Acusado por la oposición de actuar como si la grave crisis que azota al Gobierno y al Partido de los Trabajadores (PT) no existiera, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en un discurso pronunciado ante el Consejo de Desarrollo Económico y Social, se comparó con algunos de sus predecesores al afirmar que ni se suicidará como Getulio Vargas, ni renunciará al cargo como Jãnio Cuadros. Prefirió compararse con Juscelino Kubitschek, el creador de Brasilia, al afirmar que su lema ante la crisis va a ser "tener paciencia" hasta que "aparezca la verdad".

Lula no negó la crisis, ni...

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Acusado por la oposición de actuar como si la grave crisis que azota al Gobierno y al Partido de los Trabajadores (PT) no existiera, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en un discurso pronunciado ante el Consejo de Desarrollo Económico y Social, se comparó con algunos de sus predecesores al afirmar que ni se suicidará como Getulio Vargas, ni renunciará al cargo como Jãnio Cuadros. Prefirió compararse con Juscelino Kubitschek, el creador de Brasilia, al afirmar que su lema ante la crisis va a ser "tener paciencia" hasta que "aparezca la verdad".

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Lula no negó la crisis, ni los casos de corrupción de los que se acusa a miembros de su Gobierno y a toda la cúpula de su partido, el PT, y dijo que cualquiera -dentro o fuera de su partido y de su Gobierno, incluso amigo-, si apareciera manchado de corrupción, "será invitado a abandonar su puesto". Añadió, sin embargo, saliendo al paso de algunas informaciones, según las cuales estaría tan irritado con su partido que estaría pensando en abandonarlo, que sigue siendo petista, y que "siente orgullo de haber contribuido a fundar el mayor partido de izquierdas de América Latina".

El presidente brasileño está muy afectado después de que la crisis tocara a Antonio Palocci, su ministro de Economía y amigo personal. El pasado jueves, Palocci volvió a ser acusado por un antiguo colaborador y amigo de haber recibido dinero para su partido cuando era alcalde Riberão Preto, en São Paulo.

Lula afirmó que "no aceptará imposiciones", refiriéndose a quienes desde la oposición y hasta desde su partido, le piden que, para aligerar la crisis, debería anunciar que no piensa presentarse a las elecciones el año que viene. Y añadió: "No he decidido aún si seré o no candidato, ni voy a decidirlo ahora". Quiso, sin embargo, puntualizar que cuando estaba en la oposición, siempre se mostró contrario a la reelección, que a su juicio siempre genera convulsiones políticas el año anterior a la cita electoral.

Que Lula es consciente de la gravedad de la crisis que aflige al país, lo revela el hecho de que el día anterior a su dramático discurso, convocó a los poderes del Estado: miembros de la Cámara y del Senado, del Poder Judicial y del Gobierno, representado por el ministro de Justicia, para discutir la crisis. En un comunicado conjunto, los representantes de los tres poderes tranquilizaron a la opinión pública afirmando que las instituciones democráticas trabajan conjuntamente para desvelar la trama de corrupción.

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Mientras, a pocas semanas de la elección del nuevo presidente del PT, la lucha entre sus jefes es dura. El ex ministro José Dirceu, acusado de idear la gran trama de corrupción para financiar al partido, se niega a quedarse al margen de la carrera electoral. "Antes me pegaría un tiro", afirmó ayer. El presidente interino, Tarso Genro, escogido por Lula para "refundar" el partido, se niega a seguir adelante si no sale Dirceu.

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