El esfuerzo económico en I+D de la Unión Europea se estancó en 2003

España, con un gasto del 1,05% del PIB, se sitúa por detrás de países como Eslovenia

En marzo de 2002, en el Consejo Europeo de Barcelona, la UE se comprometió a alcanzar el 3% del PIB en gasto en I+D (investigación y desarrollo) para 2010. Los datos del año siguiente, dados ayer a conocer, demuestran que los Veinticinco no se tomaron muy en serio aquel objetivo, que se considera crucial para mejorar la competitividad europea. En 2003, como en 2002, la UE mantuvo su inversión en I+D en el 1,93%. El comisario europeo de Investigación, Janez Potocnik, trasladó ayer su preocupación a las capitales y alertó sobre la creciente posibilidad de que China le tome a Europa la delantera ...

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En marzo de 2002, en el Consejo Europeo de Barcelona, la UE se comprometió a alcanzar el 3% del PIB en gasto en I+D (investigación y desarrollo) para 2010. Los datos del año siguiente, dados ayer a conocer, demuestran que los Veinticinco no se tomaron muy en serio aquel objetivo, que se considera crucial para mejorar la competitividad europea. En 2003, como en 2002, la UE mantuvo su inversión en I+D en el 1,93%. El comisario europeo de Investigación, Janez Potocnik, trasladó ayer su preocupación a las capitales y alertó sobre la creciente posibilidad de que China le tome a Europa la delantera también en este asunto en pocos años. España sigue muy mal situada en la clasificación general, con un 1,05% en 2003.

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El 3% en I+D se ha convertido al cabo del tiempo en un objetivo básico de la llamada Estrategia de Lisboa para convertir a Europa en la economía más competitiva del mundo en 2010. A la hora de poner dinero para conseguirlo, sin embargo, los resultados no pueden ser más desalentadores. Entre 2002 y 2003 sólo países que ya registran inversiones importantes, como Suecia o Dinamarca, aumentaron sus gastos en I+D. También lo hizo Hungría. Pero un buen ramillete de países, que suscribieron aquel acuerdo de marzo de 2002, recortaron los gastos a renglón seguido. Se trata de Grecia, Holanda e Irlanda. De entre los nuevos socios también sufrieron recortes Polonia y Eslovaquia.

España sigue muy mal situada en la clasificación general, con un 1,05% en 2003 (cifras anteriores hablaban del 1,1%), es decir, poco más de la mitad de la media y por debajo de Eslovenia, República Checa y, por supuesto, de China (1,31%), cuya velocidad de crucero en este terreno le puede situar en apenas un decenio en la elite mundial junto a Japón (3,15%) y Estados Unidos (2,59%).

El gasto en I+D en China está creciendo a un ritmo anual del 9,4% (en realidad es el doble, pues a este aumento se suma el 10% anual de crecimiento económico). Dado que Estados Unidos está bajando la guardia y Japón sigue en la carrera, todo parece indicar que Estados Unidos y Europa se pueden ver sobrepasados ampliamente por las pujantes y dinámicas economías del Este. A corto plazo, con esta tendencia, advierte Potocnik, "China alcanzará a Europa en 2010".

Los analistas de Bruselas consideran que la falta de progresos en inversión en I+D se debe fundamentalmente a la escasa aportación de los fondos privados. El 55,6% del gasto total proviene de las empresas en Europa frente al 63,1% en Estados Unidos y el 74,5% en Japón. La segmentación de los mercados nacionales, las rígidas regulaciones y el exceso de burocracia, entre otras cosas, están en la raíz del problema.

"Europa necesita restaurar la confianza para lograr mayor inversión", dijo ayer el nuevo presidente de la patronal europea Ernest-Antoine Seillière. "Hay que modernizar las regulaciones europeas para fomentar la inversión privada en I+D desechando obstáculos, como los que se ponen a los organismos genéticamente modificados, que impiden el desarrollo de nuevas tecnologías. Finalmente, hay que favorecer las ayudas de Estado para innovación".

La inversión privada en España está ligeramente por debajo de la media europea, con el 48,4% del total de la inversión en I+D. Destaca la amplísima inversión privada de Luxemburgo (el 90,7% del total), seguida de Suecia (71,9%) y Finlandia (70%). Como contraste, cabe destacar que la escasa inversión chipriotra proviene en su mayoría de los fondos públicos, mientras que también es el Estado el que pone la mayor parte en los países menos desarrollados en este capítulo, como Portugal, Hungría y Polonia.

La Comisión Europea señala, sin embargo, que tampoco hay evidencias de que los gobiernos estén haciendo esfuerzos adjudicando más fondos públicos a I+D. De ahí la carta enviada por Potocnik a todos los ministros responsables de Investigación. España es uno de los pocos países que se ha propuesto duplicar su inversión en innovación en cuatro años, lo que la situaría al nivel medio europeo. Esa promesa es del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y, por tanto, sus consecuencias no empezarán a ser efectivas hasta este año.

Duplicar la dotación

Janez Potocnik reiteró ayer su deseo de duplicar la dotación del Programa Marco de Investigación que gestiona Bruselas. Dentro del gasto general realizado por los Veinticinco es una pequeña parte (4.131 millones de euros este año frente a los casi 200.000 millones de los 25 países en 2003). Sin embargo, se considera que la sinergia de los proyectos conjuntos de este programa tiene un efecto multiplicador. Seillière se sumó a la petición de duplicar esta inversión comunitaria.

Los últimos acontecimientos indican, sin embargo, que este objetivo también corre el riesgo de quedar en el camino. Bruselas ha propuesto un importante aumento del gasto en I+D a partir de 2007, pero la entonces presidencia de la UE, Luxemburgo, lo recortó a casi la mitad para mantener los gastos agrícolas y de fondos europeos al mismo nivel que hasta ahora. No hubo acuerdo general sobre el marco financiero 2007-2013 porque, entre otras cosas, el británico Tony Blair, ahora presidente de turno de la UE, ha reclamado más dinero para Investigación y menos para Agricultura.

Sin embargo, su Gobierno, en una de las primeras decisiones tomadas en el ámbito de la UE acaba de dar un tajo de 429 millones al capítulo de Investigación en el presupuesto comunitario de 2006 presentado por Bruselas en una actitud que la comisaria de Presupuestos, Dalia Grybauskaitè, no ha dudado en tachar de incoherente.

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