CUATRO PROYECTOS A DEBATE

La Encarnación, el punto de modernidad en el casco

El arquitecto alemán Jürgen Mayer presentó esta semana el proyecto Metropol Parasol, el resultado de la idea con la que el año pasado ganó un concurso convocado por el Ayuntamiento de Sevilla para buscar una solución urbanística a la plaza de La Encarnación, un solar de más de 6.700 metros cuadrados en el centro de la ciudad. El emblema del proyecto es una estructura central de seis parasoles de madera de entre 20 y 28 metros de altura (más que los edificios más altos del entorno) unidos por la cubierta y bajo la que se construirá un museo arqueológico, un mercado de abastos y una plaza públic...

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El arquitecto alemán Jürgen Mayer presentó esta semana el proyecto Metropol Parasol, el resultado de la idea con la que el año pasado ganó un concurso convocado por el Ayuntamiento de Sevilla para buscar una solución urbanística a la plaza de La Encarnación, un solar de más de 6.700 metros cuadrados en el centro de la ciudad. El emblema del proyecto es una estructura central de seis parasoles de madera de entre 20 y 28 metros de altura (más que los edificios más altos del entorno) unidos por la cubierta y bajo la que se construirá un museo arqueológico, un mercado de abastos y una plaza pública. Un diseño moderno y rompedor en el casco histórico de Sevilla que se ha ganado tantos entusiastas como detractores.

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La bandera de los partidarios la llevan los comerciantes del barrio, los placeros del mercado de abastos de La Encarnación, que llevan 32 años en unas instalaciones provisionales, y el gobierno municipal (PSOE e IU). Todos creen que el proyecto será un "hito arquitectónico" que revitalizará la zona. Entre los detractores, los vecinos y los conservacionistas, que creen que el diseño abusa del cemento y es "demasiado atrevido" para su entorno.

El proyecto que presentó esta semana el arquitecto alemán modifica aspectos del diseño original para salvar algunas de las reticencias de los sectores más críticos. El cambio principal afecta a los parasoles, que no serán de acero, como se previó en un principio, sino de madera clara para que no retengan el calor.

Otro de los aspectos conflictivos de la obra es el yacimiento arqueológico que hay en el solar, donde se han encontrado los únicos vestigios conocidos de la Sevilla tardorromana. La Consejería de Cultura ordenó conservar los retos in situ y el proyecto contempla un museo subterráneo, aunque los conservacionistas temen que las obras de cimentación de la plaza y el mercado dañen el yacimiento. El arqueólogo Fernando Amores, que dirige las catas, cree que la afección de los trabajos sobre el yacimiento es "amplia pero asumible", porque se acometerá en las áreas donde "menos importancia tienen los restos". El futuro de la obra, que costará unos 55 millones de euros, está pendiente, no obstante, del visto bueno de la Delegación Provincial de Patrimonio, que se pronunciará en las próximas semanas.

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