EE UU detiene a un anticastrista acusado de volar un avión civil cubano en 1976

Un millón de cubanos exigieron en La Habana el encarcelamiento de Luis Posada Carriles

Luis Posada Carriles, el cubano de 77 años de edad reclutado por la CIA y el FBI desde los años sesenta hasta junio de 1976, fue detenido ayer por agentes federales en Miami, donde se encontraba desde hace algo más de un mes.

Posada pasó a disposición de Seguridad Nacional, que tiene 48 horas para definir su estatus de inmigración. La detención se produjo dos horas después de que Posada se entrevistara con un grupo de periodistas a los que dijo que al principio se escondía porque pensaba que el Gobierno le buscaba, pero que luego dejó de hacerlo. Posada negó su responsabilidad en el ate...

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Luis Posada Carriles, el cubano de 77 años de edad reclutado por la CIA y el FBI desde los años sesenta hasta junio de 1976, fue detenido ayer por agentes federales en Miami, donde se encontraba desde hace algo más de un mes.

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Posada pasó a disposición de Seguridad Nacional, que tiene 48 horas para definir su estatus de inmigración. La detención se produjo dos horas después de que Posada se entrevistara con un grupo de periodistas a los que dijo que al principio se escondía porque pensaba que el Gobierno le buscaba, pero que luego dejó de hacerlo. Posada negó su responsabilidad en el atentado contra el avión cubano y no confirmó ni desmintió su participación en atentados ocurridos en Cuba en 1997 que antes sí había reivindicado.

El activista del terrorismo anticastrista, denunciado por Cuba y reclamado por Venezuela (escapó en 1985 de una cárcel de aquel país) tenía pensado pedir asilo político, aunque un amigo suyo declaró ayer que había renunciado a la idea y que estaba a punto de abandonar EE UU. Aunque Seguridad Nacional no reveló sus planes, es improbable que Posada sea entregado a Cuba o a otro país, como Venezuela, que se considere próximo al Gobierno de La Habana.

Según documentos recientes, Posada asistió al menos a dos reuniones en las que se planeó la colocación de una bomba en un avión de pasajeros cubano que estalló el 6 de octubre de 1976 y en el que murieron 73 personas. En opinión de Peter Kornbluh, del Archivo de Seguridad que dio a conocer los documentos, el caso "plantea un desafío directo a la política antiterrorista del Gobierno".

En Cuba, Fidel Castro comparece desde hace un mes casi a diario en televisión para agitar el caso Posada Carriles y a través de él, poner de manifiesto la actitud "vergonzosa" e "hipócrita" del Gobierno del presidente George W. Bush al distinguir entre "terroristas malos y buenos". Castro ha formulado desde entonces duras acusaciones, pero las de ayer fueron de un calibre especialmente grueso. "Todos los actos terroristas de Posada Carriles, incluidos las bombas en los hoteles de turismo de La Habana y los planes de atentados, fueron financiados por los Gobiernos de Estados Unidos a través de la tristemente célebre Fundación Nacional Cubano Americana, desde que fue creada por Reagan y Bush en 1981", dijo.

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No le tembló la voz al mandatario al afirmar que "las mismas instituciones y servicios norteamericanos que entrenaron a los terroristas de origen cubano, entrenaron a los que organizaron el brutal ataque a las Torres Gemelas de Nueva York". Y fue aún más lejos, al considerar que "el terrorismo en el más moderno y dramático concepto, con el apoyo de sofisticados medios técnicos y explosivos de gran potencia, fue creado y desarrollado por los propios gobernantes de Estados Unidos para destruir a nuestra Revolución".

La multitudinaria manifestación recordó, tanto por sus características como por el tono, las realizadas hace cinco años en La Habana en medio de la batalla legal por el regreso a la isla del niño balsero Elián González. Aunque no se parecen, el caso Elián y el caso Posada tienen elementos en común. En ambos, la legitimidad -jurídica y moral- de la reclamación cubana es clara.

Según diversos analistas, no entregar la custodia del niño Elián a su padre en Cuba, como pretendía el exilio más intolerante de Miami, hubiera supuesto para Estados Unidos y sus tribunales echarse encima un cubo de desperdicios. Y de la misma forma, dar amparo a un terrorista confeso como Posada, en momentos en que Bush trata de presentarse como el gran líder internacional de la lucha antiterrorista, es difícil de vender al mundo.

Por su parte, el Gobierno de Venezuela, país que reclamaba a Posada Corrales desde que este se fugó en 1985, volvió a pedir la extradición de Posada. El vuelo en que murieron 73 personas había partido de la capital de Venezuela con destino a La Habana y escala en Barbados. "Esperamos que la lucha contra el terrorismo por parte de Estados Unidos sea sincera y que lleve a su Gobierno a respetar el mecanismo de extradición firmado con Venezuela, para procesar en nuestro país a Posada Carriles", afirmó el ministro del Interior, Jesse Chacón, informa Europa Press.

Fidel Castro, al paso de la marcha por la misión diplomática de EE UU en La Habana.EFE

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