Decenas de islamistas detenidos tras el 11-S fueron interrogados y torturados en Egipto

Una asociación de derechos humanos de EE UU revela 63 casos de traslado de sospechosos

Decenas de presos islamistas han sido enviados en los últimos 10 años desde distintas partes del mundo a Egipto para ser interrogados. Allí fueron torturados y de varios de ellos no se ha vuelto a tener noticia. Son las conclusiones de una investigación de la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW), que documenta 63 traslados a cárceles egipcias de reos, decenas de ellos detenidos en la "guerra contra el terror" decretada por EE UU tras el 11-S. Analistas y abogados egipcios elevan a 150 los presos transferidos al país desde 2001.

Algunos de los islamist...

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Decenas de presos islamistas han sido enviados en los últimos 10 años desde distintas partes del mundo a Egipto para ser interrogados. Allí fueron torturados y de varios de ellos no se ha vuelto a tener noticia. Son las conclusiones de una investigación de la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW), que documenta 63 traslados a cárceles egipcias de reos, decenas de ellos detenidos en la "guerra contra el terror" decretada por EE UU tras el 11-S. Analistas y abogados egipcios elevan a 150 los presos transferidos al país desde 2001.

Algunos de los islamistas, detenidos en diversos países árabes e interrogados en Egipto, fueron trasladados después a la base estadounidense de Guantánamo. Otros permanecen en cárceles egipcias incomunicados, según las averiguaciones de HRW hechas públicas ayer bajo el título Agujero negro: el destino de los islamistas entregados a Egipto.

El ciudadano australiano Mamduh Habib pasó por la cárcel en Egipto antes de ser enviado a Guantánamo, de donde fue liberado el pasado enero. Su caso se ha convertido en bandera de las organizaciones de derechos humanos. Habib fue detenido en Pakistán en octubre de 2001 y transferido por las autoridades estadounidenses a Egipto, donde permaneció seis meses, según su abogado en EE UU, que asegura que su defendido fue golpeado durante horas durante el interrogatorio, al tiempo que le aplicaban corrientes eléctricas. Abd al Salam al Hila, empresario yemení, detenido en El Cairo en septiembre de 2002 y puesto después a disposición de la CIA, se encuentra aún en Guantánamo, a la espera de una acusación formal.

Como Habib, la mayoría de presos interrogados en Egipto aseguran haber sufrido torturas. Puñetazos, latigazos con correas de cuero y electrochoques son algunos de los métodos utilizados por las fuerzas de seguridad egipcias citados por HRW.

La rendición

Los traslados de presos para interrogatorios en países terceros es conocida como rendición, práctica que prescinde de una orden de extradición y de audiencia del detenido. "Ningún país debería enviar detenidos a Egipto mientras las fuerzas de seguridad sigan practicando torturas. Trasladar sospechosos a esos países es una clara violación del derecho internacional", apuntó ayer a este diario Joe Stork, autor de la investigación de HRW. La Organización Egipcia de Derechos Humanos ha contabilizado 292 casos de torturas por parte de las fuerzas de seguridad en los últimos diez años. De ellos, 120 murieron tras los malos tratos.

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Informes del propio Departamento de Estado de EE UU constatan que "la tortura y el abuso a detenidos por parte de la policía" en Egipto es "frecuente y persistente". Antes del 11-S las rendiciones se llevaron a cabo con cuentagotas y contando con la supervisión de la Casa Blanca. Tras los atentados de las Torres Gemelas, la CIA obtuvo manos libres para transferir presos, según informaciones obtenidas por The New York Times y abogados de detenidos e investigaciones periodísticas cifran en al menos 150 las rendiciones practicadas por EE UU desde 2001.

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