Zapatero y el presidente de los obispos abren un "diálogo fluido y constructivo"

El Gobierno y la Iglesia crean comisiones para tratar la financiación y la clase de religión

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, sentaron ayer las bases para superar la situación conflictiva entre el Ejecutivo y la Iglesia y lograr un "futuro entendimiento". Un comunicado conjunto, redactado al final del encuentro de dos horas, celebrado en La Moncloa, precisa esa voluntad de entendimiento con el anuncio de la creación de comisiones mixtas sobre los temas conflictivos, empezando por la futura Ley Orgánica de Educación, especialmente la asignatura de religión, y la financiación de la Iglesia.

El...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, sentaron ayer las bases para superar la situación conflictiva entre el Ejecutivo y la Iglesia y lograr un "futuro entendimiento". Un comunicado conjunto, redactado al final del encuentro de dos horas, celebrado en La Moncloa, precisa esa voluntad de entendimiento con el anuncio de la creación de comisiones mixtas sobre los temas conflictivos, empezando por la futura Ley Orgánica de Educación, especialmente la asignatura de religión, y la financiación de la Iglesia.

Más información

El presidente del Gobierno se encontraba "muy optimista" al finalizar la reunión y manifestó su "satisfacción" por la "ausencia de prejuicios, profundidad y sinceridad" en que se desarrolló, según aseguraron ayer fuentes de su entorno. Para Zapatero, la reunión no defraudó las expectativas creadas sobre Blázquez cuando, el pasado 8 de marzo, al conocer su nombramiento como presidente de la Conferencia Episcopal, lo calificó de "muy importante". En este sentido, el comunicado conjunto de ayer refleja el "ambiente de cordialidad" del encuentro.

La sensación que existe en La Moncloa, tras el encuentro, es que las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia van a entrar en una nueva fase, marcada por la distensión. Un cambio sustancial frente a la etapa de enfrentamiento con el anterior presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, que marcó el primer año del mandato de José Luis Rodríguez Zapatero.

Cambio de situación

Para La Moncloa y la Conferencia Episcopal queda claro, tras el encuentro, que a ninguna de las dos partes les interesa la situación conflictiva heredada. El cambio de situación ya empezó a acariciarlo Rouco Varela, en las postrimerías de cuyo mandato se desarrolló el primer encuentro oficial entre el Gobierno, representado por la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, y la Conferencia Episcopal, también en La Moncloa, el pasado dos de marzo.

Pero el paso de una fase a otra será progresivo, según las fuentes de la Moncloa, de acuerdo con los talantes de Zapatero y Blázquez. No hay que olvidar que los conflictos heredados de la etapa de Rouco Varela son muchos: la legalización del matrimonio entre homosexuales, la reforma del divorcio, la investigación con células madres embrionarias, el desarrollo de la clase de religión en la escuela pública y la financiación de la Iglesia.

Estos dos últimos asuntos serán los primeros en abordarse en las comisiones mixtas, "con carácter inmediato". Según algunas fuentes, ambos asuntos fueron en los que más se detuvieron los dos representantes en una reunión que, al ser la primera, tuvo una agenda muy amplia y genérica. La pretensión del Gobierno, con las comisiones mixtas, es tratar de buscar acuerdos en las materias que se pueda y en los casos más difíciles, tratar de pactar las discrepancias. En este sentido, la investigación con células madre (ya legalizada) se presenta como uno de los temas conflictivos. La Conferencia Episcopal acaba de lanzar una campaña para promover el rechazo de los fieles.

No obstante, La Moncloa cree que queda superada la etapa en la que el Gobierno tuvo que protestar ante la Nunciatura, como sucedió este otoño, por las críticas dirigidas por el Papa contra la política del Gobierno, incluso en asuntos ajenos a la Iglesia, como el Plan Hidrológico Nacional, en una reunión con obispos españoles en Roma.

Tampoco cree que se repitan llamamientos como el que hizo la Conferencia Episcopal a la movilización de los católicos el 20 de julio para evitar la legalización del matrimonio homosexual o discursos como el del arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, que el 25 de julio, en la tradicional ofrenda al apóstol Santiago, dijo señalando al Gobierno Zapatero: "Cuando la moral es considerada superflua, la corrupción es algo obvio, afectando no sólo a las personas sino a las instituciones".

Zapatero aprovechó la reunión para reiterar a Blázquez sus condolencias por el fallecimiento del Papa y a cuyo funeral acudirá en una delegación encabezada por los Reyes Juan Carlos y Sofía y acompañado por el líder del PP, Mariano Rajoy. El mismo día del fallecimiento, Zapatero telefoneó a Blázquez para darle el pésame. Precisamente, Zapatero visitó al Papa el pasado 21 de junio y, aunque la reunión fue cordial, había estado precedida de una nota de protesta que le entregó al embajador de España en Roma, Jorge Dezcállar, tres días antes, por las reformas del Gobierno en materia social.

Zapatero se interesó por el futuro de la Iglesia, tras la muerte del Papa, y por otras cuestiones que atañen a Blázquez, como su conocimiento de la situación del País Vasco al ser obispo de Bilbao, una faceta que también interesa, y mucho, a Zapatero del nuevo presidente de la Conferencia Episcopal.

José Luis Rodríguez Zapatero y Ricardo Blázquez, ayer en La Moncloa.ULY MARTÍN

Archivado En