El escándalo del narcotráfico enfrenta a Kirchner con los militares
La Oficina Anticorrupción investigará el caso
El ya bautizado como escándalo de las maletas voladoras -la entrada de droga en España a bordo de aviones procedentes de Argentina mediante maletas sin pasajero- se ha convertido en un pulso entre el presidente argentino, Néstor Kirchner, y algunos estamentos militares que, si bien no estaban implicados en el narcotráfico, han sufrido las consecuencias de intentar ocultar los hechos a las autoridades civiles.
"Ese señor jefe de la Fuerza Aérea, que lloraba ayer cuando se iba, me tenía que haber avisado para proteger al pueblo", afirmó enojado en la madrugada de ayer (hora español...
El ya bautizado como escándalo de las maletas voladoras -la entrada de droga en España a bordo de aviones procedentes de Argentina mediante maletas sin pasajero- se ha convertido en un pulso entre el presidente argentino, Néstor Kirchner, y algunos estamentos militares que, si bien no estaban implicados en el narcotráfico, han sufrido las consecuencias de intentar ocultar los hechos a las autoridades civiles.
"Ese señor jefe de la Fuerza Aérea, que lloraba ayer cuando se iba, me tenía que haber avisado para proteger al pueblo", afirmó enojado en la madrugada de ayer (hora española) el presidente argentino en referencia al destituido brigadier Carlos Rodhe, jefe de la Fuerza Aérea hasta la semana pasada. "Con llorar no ganamos nada", agregó el mandatario durante un acto político en la localidad de Quilmes. Kirchner ha ordenado además a la Oficina Anticorrupción que investigue si la cúpula de la Fuerza Aérea a la que él mismo destituyo fulminantemente ha cometido algún delito.
El escándalo no sólo ha sacudido los cimientos de la Fuerza Aérea, sino que también tendrá repercusiones en el panorama del transporte aéreo nacional. El Ejecutivo ha anunciado la rescisión unilateral del contrato que tenía en vigor con Southern Winds, a bordo de uno de cuyos aparatos viajaron el pasado septiembre cuatro maletas con 60 kilos de cocaína a Madrid.
La medida supone un duro golpe para la compañía, que comenzó con vuelos de cabotaje y ha llegado a tener vuelos transoceánicos, incorporando aparatos Jumbo a su flota en fechas recientes. Southern Winds dejará de ingresar aproximadamente un millón y medio de dólares al mes. Además, al romperse el contrato, vuelve al mercado una compañía llamada Líneas Aéreas Federales (Lafsa), que tiene personal y rutas asignadas, pero no aviones, y que entrará en licitación pública.
Ramificaciones
El juez Carlos Liporace investiga la implicación de los tres detenidos hasta ahora -empleados de Southern Winds- y las posibles ramificaciones de la trama tanto en la propia compañía como en otros estamentos que podrían conocer lo que ocurría en el aeropuerto internacional de Ezeiza. "Todo son especulaciones mediáticas. Nosotros somos los que hemos dado a la justicia los nombres de las personas supuestamente implicadas", declaró a este periódico Christian Maggio, gerente general de Southern Winds, quien realizó una acusación ante la justicia amparada por el secreto de identidad y denuncia que dicho secreto ha sido violado. "A todas las compañías del mundo les han ocurrido cosas similares. La imagen de la compañía en estos días es la de una víctima mediática", añadió.
Desde la oposición se acusa al secretario de Transportes, Ricardo Jaime, de incompetencia en la gestión del escándalo. Algunos dirigentes de la Unión Cívica Radical (UCR) han presentado una denuncia penal contra Jaime por "mal desempeño de sus funciones". Para el líder de Recrear Para el Crecimiento, Ricardo López Murphy, el Gobierno argentino también forma parte de los que ocultaron el escándalo y sólo ha actuado cuando el asunto se convirtió en primera página de los diarios.