La mayor retrospectiva de Oteiza incluye dibujos y 'collages' inéditos

Tras su paso por el Reina Sofía, una versión del montaje de 200 obras irá a Nueva York

El proceso experimental de la escultura de Jorge Oteiza (1908-2003) aparece en el montaje de las 200 obras que forman la mayor retrospectiva del artista, organizada por el Museo Guggenheim de Bilbao, que ayer se presentó en el Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid (Santa Isabel, 52, www.museoreinasofia.mcu.es, hasta el 30 de mayo). Una versión de la muestra, que incluye dibujos y collages descubiertos tras su muerte, se presentará el próximo verano en el Guggenheim de Nueva York, con piezas que se identifican con el carácter revolucionario de su obra de los años cincuenta, precursora de...

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El proceso experimental de la escultura de Jorge Oteiza (1908-2003) aparece en el montaje de las 200 obras que forman la mayor retrospectiva del artista, organizada por el Museo Guggenheim de Bilbao, que ayer se presentó en el Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid (Santa Isabel, 52, www.museoreinasofia.mcu.es, hasta el 30 de mayo). Una versión de la muestra, que incluye dibujos y collages descubiertos tras su muerte, se presentará el próximo verano en el Guggenheim de Nueva York, con piezas que se identifican con el carácter revolucionario de su obra de los años cincuenta, precursora del minimal.

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La exposición Oteiza: mito y modernidad ha sido organizada y presentada en el Guggenheim de Bilbao como una obligación del museo con el gran patriarca del arte y la cultura vasca de la segunda mitad del siglo XX, que había tenido unas relaciones "complicadas" con el proyecto del centro, según su director, Juan Ignacio Vidarte. Su paso por el Museo Nacional Reina Sofía y su proyección internacional con el traslado a Nueva York ha sido posible al entrar en la organización el Ministerio de Cultura y la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (Seacex). El Guggenheim ha invertido 600.000 euros en la exposición, y la Seacex ha aportado 630.000 euros y otros 100.000 para el montaje.

La retrospectiva quiere ser también un gran homenaje a Jorge Oteiza, según la ministra de Cultura, Carmen Calvo, quien aseguró que las 200 obras forman una revisión completa de la trayectoria vital y artística, "la esencia y el riesgo", con sus reflexiones filosóficas y sociales, que se convertirá en "un gran reclamo para los ciudadanos y ciudadanas de este país y los turistas que visitan España".

La directora del Reina Sofía, Ana Martínez de Aguilar, contó la gestación del proyecto del Guggenheim, que quería cerrar el montaje con algunas piezas de la colección permanente, que figuran en un lugar especial del recorrido. "Era el momento de hacer justicia a Oteiza y en el sitio que merecía", afirmó al destacar la obra única y universal del escultor vasco, su preocupación por las vanguardias y su influencia en artistas posteriores. Agradeció el apoyo personal de la ministra y la colaboración de Seacex, cuya presidenta, Carmen Cerdeira, se refirió al "esfuerzo de todos". El montaje de la retrospectiva ocupa una de las salas temporales del edificio Nouvel, en la ampliación del museo, donde se han distribuido las 200 obras, la mayor parte esculturas de pequeño formato, con un conjunto de dibujos y collages, además de unas vitrinas de documentación, con catálogos, libros y testimonios y un audiovisual con documentales realizados en 1989 por Paloma Chamorro para un programa de TVE. El artista habla de religión, marxismo o poesía. "Lascaux y Pío Baroja son los dos países que me emocionan".

Margit Rowell, conservadora de arte, y Txomin Badiola, escultor, son los comisarios de la muestra, que tiene préstamos de numerosas colecciones públicas y privadas, sobre todo de la Fundación Museo Jorge Oteiza. Rowell ya montó una muestra del artista en el Pompidou en 1986 y recordó la retrospectiva de 1988 que realizaron María Corral y Badiola. "Aquí nos centramos en su visión abstracta y metafísica, inspirado por esculturas arcaicas, de experiencia espiritual y lenguaje minimalista, que desmaterializa los objetos. En Nueva York, con menos piezas, vamos a presentar a un artista revolucionario, en el contexto anterior al minimalismo, en su trabajo más abstracto de los años cincuenta".

Un laboratorio

Badiola señala que el 90% de la exposición se centra en la década de los cincuenta, ya que después decide abandonar la escultura y vuelve en el comienzo de los setenta, para al final de su vida querer "contradecirse" a sí mismo. "No incluimos obra posterior a 1975 y los trabajos monumentales no acabamos de reconocerlos como de Oteiza".

Añade que su arte es "completamente experimental", de laboratorio, y esta idea potencia el montaje, con sus obras iniciales, hiperboloides, Aránzazu, apertura de poliedros, desocupación de la esfera, construcciones vacías y obras conclusivas. "La presentación está diseñada para ir desde la oscuridad hacia la luz, desde el espacio agobiante a los grandes espacios, desde el ruido al silencio, desde lo lleno al vacío".

El catálogo, en euskera, español e inglés, tiene textos de los comisarios y de Francisco Calvo Serraller, Amador Vega, Joseba Zulaika y Richard Serra.

Un visitante de la exposición de Jorge Oteiza, ante dos esculturas de construcciones vacías realizadas en 1958.LUIS MAGÁN
Una escultura de Oteiza de 1957 de los conjuntos de "formas lentas".LUIS MAGÁN
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